Rutina

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                                 Rutina

Estaba harta de qué siempre se repitiera la historia. En la mañana despertaba llorando en el armario de nuestro cuarto, en la tarde peleamos y en la noche él desparece engañándome con no se quien.

Estaba simplemente harta de qué Michael me terminara engañando cada día qué peleamos. Ya no soportaba sus cambios de humor drásticos, no soportaba más sus gritos hacia mi. Ya no podía. Y de seguro Taylor me estaría diciendo qué no debería de estar aquí, escondida en un armario esperando a qué Michael venga a disculparse para volver a pelear de nuevo. Tay me diría qué tomará mis cosas y me fuera con ella a California, él lugar al qué siempre e querido ir. Tay me diría qué esto no es sano para mi y ella, como mejor amiga qué es, pelearía a gritos con Michael para llevarme con ella. Lamentablemente, ella se fue a California enfadada conmigo por no dejar a Michael. Pero puedo jurar qué hace un mes yo no habría podido ver qué Michael me engañara tantas veces.

-Cal- hablo suave y dulce Michael entrando a nuestra habitación qué se había convertido en mia hace ya un mes.

Aún seguía llorando desde ayer en la noche, no superaba qué una chica lo haya venido a buscar. Una chica rubia de ojos grises qué parecía puta.

Sonreí cínicamente recordando como la lancé de las escaleras ayer, y no era su culpa qué Michael fuera tan... ¡Agh!. Pero tenia qué desquitarme, y vaya qué lo hice. Pero después de eso pelee hasta las tres de la mañana con Michael, él me reprochaba por haber golpeado a la chica.

La puerta de él armario se abrió dejándome ver a Michael con un moretón en la mejilla derecha qué yo le había dejado lanzándole no recuerdo qué.

-California- me llamo suavemente colocándose en cuclillas tratando de tocar mi mejilla, acto qué yo no deje.

-Vete con tu puta- le solté fría y cortante levantándome de él piso.

-¡Superalo!- me gritó alejándose de él armario para dejarme salir, y pelear de nuevo.

-¡Nunca supere tu jodida traición!-le grite saliendo de él armario tomando varía ropa mía.

-¡Tu fuiste quien me engaño primero!-me volvió a grita ahora tomándome de los hombros bruscamente. Yo solo lo empuje y en un movimiento ágil me metí debajo de la cama.

-¡Jamás te engañe idiota!- le grite debajo de la cama buscando mi maleta de viaje.

-¡Deja de esconderte y enfrentame!- dijo ahora mirando debajo de la cama en donde me encontraba. Encontrando mi maleta salí de mi escondite y trate de ignóralo sacando mi ropa y cosas mías de los cajones cerca de la cama.

-¿A donde vas?- pregunto preocupado viendo lo qué metía en mi maleta.

-Todo lo qué necesitaría es no quedarme aquí- le dije furiosa pero sin gritar metiendo con brusquedad todo lo qué encontraba en los cajones.

-California...- dijo irritado pasando las manos por su cabello verde. Él cabello al qué extrañaría enredar mis dedos.

Pero no me importo seguí metiendo cosas a lazar en mi maleta hasta qué alguien me abrazo por detrás, y ese alguien era Michael qué escondía su cara en mi espalda.

-No me dejes- dijo con la voz entrecortada dándome a entender qué estaba llorando. Pero no le iba a tener compasión por qué él nunca lo tubo aún viéndome llorar.

-Quitate- le dije con brusquedad alejándome de él caminando hacia él armario para tomar mis prendas.

-Cal por favor- dijo caminando hacia mi haciéndome voltear a verlo ya con los ojos cristalizados de nuevo. Pero no me permitiría llorar, ya no más.

-Dime lo qué viste en ella- ordene haciendo mis manos puños.

-¡Nunca te engañaría babe!- dijo frustrado tratando de tenerme de nuevo entre sus brazos.

-¡Eres un jodido mentirosos!, ¿Qué me dices de aquellas zorras con las me te acostabas a mis espaldas?-le grite alejándome de él saliendo de la habitación hacia la cocina. Necesitaba beber algo.

-¡Yo solo te amo a ti California!- gritó detrás de mi siguiéndome.

Pare en él refrigerador, lo abrí y tome una vieja botella de Tequila qué hace mucho no recordaba.  Le saquea vuelta a Michael y tome un baso de la barra del departamento colocando una gran cantidad de tequila qué tome de un tragó cerrando los ojos porque esta mierda quemaba mi garganta.

-Deja de tomar- me "ordeno" según él pero, ¡Por favor! Él era un tonto y yo fui una estúpida. ¡Nos estábamos derrumbando!.

-Sabés Michael, eres un tonto- dije tomando de la botella de tequila para después dejarla en algún lugar y ponerme a cocinar. Algo estúpido pero, me daba igual. Sonreí cínicamente y volví a hablar:

-Y yo soy una estúpida- mi sonrisa cínica se extendió más al ver a Michael tomando la botella de tequila y desaparecer por la puerta de la cocina hasta llegar a la salida.

-¡Huye, no te necesito de todos modos!- grite esperando qué me escuchara, cosa qué si hizo para después verme duramente y desaparecer del departamento. Una vez más.

-Aunque me gustaría qué te quedaras- susurré comenzado a cortar zanahorias y papas con delicadeza. Vaya, qué bipolar me estaba convirtiendo.

Sweet Despair «m.c»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora