Asesina de Hombres || Matt Smith & Milly Alcock

39. El aeropuerto.

Le doy los últimos retoques a su peinado, y le pongo algo de perfume antes de salir.

Aún tengo mil cosas por hacer pero este momento es especial, no me lo perdería por nada.

—Estoy muy nerviosa—me mira y es imposible para ella ocultar lo que esta sintiendo.

—Todo va a salir bien Martha, no te preocupes—le doy ánimos.

—Es que hace mas de una década que no tengo una cita, desde que Maurice murió no he tenido ninguna interacción amorosa y me asusta un poco.

—No pasa nada, tampoco tiene que ser una cuestión amorosa si tu no quieres, incluso los amigos pueden tener una cita, no estes nerviosa—Martha sube al auto tomándose su tiempo y yo le ayudo.

—Pero tu tienes razón—me habla cuando ambas ya estamos dentro del auto—Aun puedo tener citas y amigos—suspira—Creo que es lo que Mau quería que yo hiciera.

—Seguro—enciendo el auto, me encanta ver como ya le ha cambiado un poco la forma de pensar.

—Maurice fue muy especial para mi, fue el amor de mi vida, me ayudo y me salvo de tantas formas... Cuando nos conocimos yo no era la misma Martha que conoces hoy—la escucho atentamente mientras manejo por las calles de Gold Coast—Era una jovencita ruda y problemática, pero él me ayudo a superar mis traumas, tuve una niñez difícil y un montón de problemas familiares, pero Maurice me ayudo con todo eso, me ayudó a cambiar, no siempre nos entendíamos y discutimos muchas veces, pero eso me ayudo a formar la persona que soy hoy, vivimos juntos 44 años maravillosos, nos casamos en Melbourne, tuvimos dos maravillosos hijos que ahora viven en Sydney, tuve una vida de película, a veces me pregunto si de verdad fue asi o solo estoy idealizando el pasado, pero luego recuerdo que yo lo viví, Milly viví el amor más intenso del mundo, lo viví con cada parte de mi cuerpo, con cada parte de mi alma y mi corazón, ver a Maurice morir fue lo mas duro que me ha pasado, no entendía porqué  despues de ser tan felices nos tocaba este destino—la miro por unos segundos, pero no se ve triste o melancólica, yo me estaciono frente a la cafeteria y la sigo escuchando con cuidado—Mi esposo siempre decía: "Hay personas que llegan a tu vida para enseñarte, no para quedarse contigo". Y cuan ciertas son esas palabras, el mismo fue un ejemplo de eso, siento que conocerte Milly me ha devuelvo un poco la perspectiva, eres una joven fuerte, decidida y talentosa, te veo y eres tan amable y cariñosa, tan abierta, tan relajada, no tienes miedo a vivir la vida y me transmites tanta confianza, estoy segura que no habría venido aqui a darme esta oportunidad de hacer algo diferente de no ser por ti—me sonríe—Gracias por venir a mi vida a enseñarme que nunca es tarde.

En mi mente sus palabras hacen eco.

Yo tampoco era así antes, era la persona más cerrada y desconfiada del mundo, por muchos años mi círculo social se limitó solo a Emily y porque la conocí mucho antes de que todo se volviera un caos en mi vida.

Este impacto y este cambio en mi forma de ser se debe solo a una persona.

—No siempre fui asi—suspiro y la imagen de Matt viene a mi cabeza—Creo que al igual que tu tambien conocí a alguien a quien le debo todo lo que soy hoy, que me ayudo y cambio mi vida por completo.

—Emily ha hecho tanto por ti, me muero por conocerla, me alegra tanto que vaya a casarse, pero me entristece que te vayas, me hará falta con quien ver mis novelas.

Es normal que Martha haya pensado en Emily, pues es la única persona de la que le he hablado.

Y Emily sin dudas fue un apoyo muy grande para mi, pero no puedo darle el mérito por algo que solo lleva el nombre de Matt Smith, claro que no me atreví a contradecir a Martha.