Estoy embriagada de amor y melancolía porque dedique mucho tiempo pensando en tus mitomanías que a medianoche fueron insospechadas, ahora solo quiero despertar porque me he dado cuenta de que he soñado despierta y esto no fue real.
Paseaba una tarde sobre el pavimento, mirando mis pies y las grietas del suelo. Transitaban por mi mente las palabras que me compartiste la conversación anterior, hacían hogar en mi mente y fue inevitable no sentirte en la emoción de mi pecho.
La tarde era hermosa y no pude contemplarla, estaba tratando de razonar cada invención que me hiciste, tan ilusa fui queriendo cumplir irrealizable tarea pues tus mitomanías demandaban mi credulidad y no el esfuerzo de mi raciocinio.
Porque así son tus mitomanías, son efímeras, había creado un baúl para guardarlas pero cual ceniza se deshacían y ya no queda nada para recordarlas.
