02. 🕯️

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Si se deja llevar mucho cae en un espiral, es como un agujero negro que lo succiona y saca de sí sus peores pensamientos que son tan inhumanos como a quienes ha fotografiado haciendo hasta lo más bajo; si se deja llevar saborea la sangre en su pal...

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Si se deja llevar mucho cae en un espiral, es como un agujero negro que lo succiona y saca de sí sus peores pensamientos que son tan inhumanos como a quienes ha fotografiado haciendo hasta lo más bajo; si se deja llevar saborea la sangre en su paladar ya que se ha mordido la lengua al despertar y todavía tiene ese peculiar sabor metálico que lo hace jadear extasiado.

Enfermizo, así es como Ashley se describiría si alguien le preguntase. No por el fotografiar personas, si no por algo más oscuro que lleva más allá de un simple pensamiento vago que lleva en él desde que es un niño.

Aquel niño indefenso, y ¡Dios mío! Que oscuridad más grande.

Lo de ayer ya pasó, no le comentó nada al detective Wright y apenas hablaron en la mañana para avisarle que el plan continuaba; se dejó las fotografías de la cajera subiéndose al auto del hombre y las tiene en la guantera del auto.

—Disculpe, ¿Podría ayudarme en ubicar a una persona que trabaja aquí? Es que es un poco urgente.

El hombre levanta la mirada del portafolio que está revisando con lo que parecen ser códigos de los productos, resopla cerrando el portafolio dejando su mano metida entre las fundas de plástico y asiente.

Ashley asiente, señalando por encima de él la caja que está a sus espaldas, vacía. —¿Dónde está la chica de esa caja?

—¿Cuál de las dos? —pregunta el hombre que lleva un uniforme diferente, parece ser un gerente. —. Mira, hay dos turnos. Uno de mañana a tarde y el otro de tarde a noche, por la mañana estaba Meghan y en la noche estuvo Rose.

—¡Rose! La chica rubia de blusa amarilla —contesta con una felicidad inexistente que lo hace resoplar al final. —. Es una chica preciosa.

El hombre ríe asintiendo, en su rostro se ve un poco de conmoción mientras hace una pequeña mueca no muy convencido ante las últimas palabras dichas del joven fotógrafo.

—Rose Bennet, dos años trabajando aquí y no te juntes con ella, si te gustan las chicas bien que llegan temprano a sus casas y no se juntan con puro problemático entonces busca a alguien más —contesta él. —. Rose tenía turno diurno hoy pero no se presentó y no contesta su teléfono, suponemos que se fue de emergencia a San Francisco, su madre está enferma desde hace meses.

 Rose tenía turno diurno hoy pero no se presentó y no contesta su teléfono, suponemos que se fue de emergencia a San Francisco, su madre está enferma desde hace meses

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Anatomía de un Asesino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora