Capítulo 18

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Nada borra quien eres

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Nada borra quien eres

"Piensa en mí en lo más profundo de tu agonía..."

Escuchó las voces de Conway y Freddy, algo ronda por mi cabeza, no quiero joder la maldita misión por volverme a involucrarme con Conway y después de lo ocurrido en el Oasis del Olimpo no quiero dar señales erroneas, aunque cuando él llegue a la ciudad, las cosas van a cambiar. Entró a la armería y los veo a los dos juntos, sus miradas parecen flechas con fuego en mi espalda, pongo mis armas y por un momento me cuestiono si salir así cómo si nada o ponerme un poco hijo de puta.

— Empezaré mi turno, así que nos veremos en casa – dije cuando me acerqué a Freddy bajó la atenta mirada de Jack.

— Perfecto amor – me sonríe. – Ve con cuidado y avisa sí necesitas una mano – dijo sujetando mi mentón entre sus dedos, sabiendo que lo hace a propósito.

— Sí que sí – lo besó, pero es Freddy quien me devora la boca, me deja sin aliento y hace que las piernas me tiemblen.

— No me extrañes – me da un guiño y salgo de la armería.

Es que ni debí si quiera hacerlo, sabiendo que a Freddy le gusta restregarle en la cara a Conway que estoy con él. Voy a la patrulla y me encuentro con Isidoro, la falta de droga me está afectando de nuevo, sé qué este consume algo igual y yo necesito algo, sí no estoy con Freddy necesito algo con tiros, pólvora, sangre, algo que me encienda y me calme las ansias.

— Estás muy callado, Gustabo ¿todo está bien tete?

— Yo te digo algo Isidoro, si tienes dos que son mejores amigas no te metas con ninguna, te jode demasiado – rasco mi nuca. – Mira salto una joyería, vamos, necesito algo de acción.

Organice un equipo y mientras todos llegaban a la joyería fue con Isidoro para que negociara, pero por los tatuajes que puedo notar en su cuello, eston son de algún grupo organizado y nos van a salir con alguna jugada sucia, así qué es momento de divertirse como se debe.

— Apuesto a que esto acaba en tiros – dijo Isidoro.

— Apuesto – dije muy seguro.

— Yo entro – dijo Gordon.

— No pienso perder dinero – dijo Kyle. – Así que vamos, el último en quedarse hace todo el papeleo.

Subimos a la patrulla, arma en mano y empezamos la persecución, la adrenalina se me disparó cuando empiezan a tomar curvas con violencia, entrecierro los ojos cuando veo que chocan contra algo, la patrulla de Gordon se adelanta y los intercepta, pero... todo pasa muy rápido, Kyle encañona a uno y el encargado del robo toma a Gordon del cuello y pone el cañón del arma en su sien.

Bajo de la patrulla sin importarme nada y le apuntó con el arma, acercándome poco a poco, de aquí no me voy.

— Acércate y le vuelo la cabeza a tu compañero.

Pólvora y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora