Una historia de amor prohibida

2. El encuentro

Cómo cualquier otro día Fideo llegaba temprano, muy temprano, tenía que organizarse y mantener ordenado su cubículo, salió de aquella casa en donde vivía y se dirigió a la escuela, esa adorada escuela que lo distraía de la horrible vida que estaba llevando, en cuanto llegó sin hablar ni mirar a nadie se fue a su cubículo, grande fue su sorpresa cuando descubrió a un intruso dentro de aquel espacio, solamente trató de maldecir por lo bajo e ignorarlo, no era ni más ni menos que HH, parecía estar organizando su nuevo escritorio pues ese tambien sería su cubículo, en realidad era el cubículo de todos los maestros de fisica y matemática entonces tenia sentido que aquel sujeto estuviera allí, Fideo entró como si no hubiera nadie allí y organizó sus cosas, aún faltaban una larga media hora que sin duda sería la más incómoda de su vida.

Desde la perspectiva de HH todo había estado bien en la reunión del día anterior en dónde lo presentaron, a no ser por cierto sujeto que sin previo aviso se fue, aquel chico lo tenía intrigado, preguntó por él al terminó de la reunión, pero al parecer ese sujeto no era de muchos amigos, no sabían casi nada de el, cosa que lo intrigaba aún más, tal vez el pobre estaba pasando por un mal momento y nadie le brindaba ayuda. Ese pensamiento se quedó en su mente toda la noche hasta la mañana siguiente en la cual ya se encontraba en la escuela, él solía llegar temprano, pero ese día llegaría el doble de temprano, era su primer día y quería que todo saliera bien, sorprendentemente a los minutos de haber llegado escuchó la puerta abrir nuevamente, era fideo, ese era el momento perfecto en el que tenía que aprovechar para tratar de acercarse al maestro, después de todo estaban los dos solos y de seguro lo estarían por mucho tiempo más, armandose de valor se acercó a aquel chico un poco más alto que él y le extendió la mano para poder presentarse personalmente.

- Buenos días, Fideo, cierto? Un gusto, soy HH ¿Te encuentras bien? El día de ayer te retiraste de la reunión y a decir verdad me quedé algo preocupado..-Dijo HH con una leve sonrisa, una sonrisa que inspiraba confianza y amabilidad-

Por su parte Fideo solo le dirigió cierta mirada de disgusto ¿Qué se creía este sujeto? ¿Pensaba que eran amigos o algo así? Aún con todo esto en mente solo trato de ser lo más "amable" que pudiera.

- Con todo el respeto que te mereces, no te importa ni te incumbe lo que me pase, encárgate de tus asuntos y yo de los míos, bien? No necesito tu falsa amabilidad, se que eres un hipócrita y con tu sonrisa fingida no ocultas nada. -Vaya, parece que se pasó de sincero aunque eso no era todo lo que pensaba acerca de la sonrisa de aquel sujeto, esa bella sonrisa que tenía en su rostro, amaría verla todos los días, era como in pequeño rayo de luz y esperanza en su jodida vida..-

La habitación se quedó en silencio unos minutos, HH parecía estar algo en shock por todo lo que el contrario acababa de decir ¿En verdad parecía como un hipócrita? ¿Qué le pasaba a ese sujeto para que pensará eso? Fideo notó tan pensativo a HH que simplemente comenzó a morir de la vergüenza, en verdad no pensaba eso de él, pero a la vez si y sus sentimientos eran tan confusos, HH solo llegaba a confundirlo, todo estaba bien antes de la llegada de ese sujeto ¿Por qué tenía que aparecer ahora? Genial, ahora eran dos pensativos en la sala aunque por fortuna el silencio y los pensamientos no tardaron tanto pues otro maestro llegó al cubículo, HH no tardó en mostrarse amable saludandolo y hablando con él, por su parte Fideo tomó sus cosas y salió del lugar, no quería ver y aguantar más tiempo a ese sujeto tan hipócrita, tan estúpido y tan...lindo..Con esto último un ligero color carmesí apareció en las mejillas de Fideo y sin dare cuenta ya había llegado a su salon de clases, al parecer tendría que dejar esos pensamientos para después.