Cassette - Álvaro López

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CassetteAlvaro Lopez

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Cassette
Alvaro Lopez

Estaba en mi pieza escuchando unos cassettes que me pasó el Álvaro, me dijo que los escuchara ya que había dejado un demo de su banda ahí y quería mi opinión.

Escuchaba la primera canción mientras leía lo que decía la caja, ahí estaban todos los chiquillos, el francis, el gonza, el mauro, el mauri y el alvaro.

Somos amigos del colegio menos basualto porque a él lo conocimos después.

Ya iba por la segunda canción, "fantasías animadas de ayer y hoy", hasta lo que había escuchado me estaba encantando, la linda y energética voz del alvaro, con esa batería brutalmente manejada del mauro y ese solo del francis me daba una sensación inexplicable, unas ganas de bailar y de gritar ese coro. Puta que son buenos.

"Nadie sabe mejor que yo lo que es el amor" tarareaba la canción ya que ya me la habían mostrado alguna vez, escuché el teléfono de la casa, estaba mi mamá y ella fue la que respondió
-Paz, mi amor, es para ti- me llamo mi mami a lo cual corrí, podía suponer quien era
-alo?- pregunte -Paz, soy el Álvaro- soy buena suponiendo -hola varito!, qué pasó?- varito, ese apodo se lo puse desde que éramos chicos ya que todos le decían alvarito -nada, solo te quería invitar a la plaza un rato, puedes?- hablo tiernamente con esa linda voz que tiene -obvio- respondí -oka, pasó a buscarte en 5!- cinco minutos para el significaba que ya estaba afuera en la puerta así que subí a buscar rápidamente un poleron y mis llaves para salir a esperarlo al porche.

-hola alvarito- dijo tiernamente mi mamá cuando esté llego.

Nuestros padres son amigos de toda la vida por eso ella lo ama posiblemente hasta más que a mi

-quieres pasar a comer algo?- le preguntó

- no tía, gracias sólo venía a buscar a la paz para ir un ratito a la plaza- respondió el educadamente

- oh, bueno, que les valla bien, se me cuidan- nos dijo con esa típica mirada de madre

-por supuesto tía, no le va a pasar nada a su hijita- le respondió con una sonrisa

- los espero para tomar oncecita, no lleguen tan tarde que ya está muy frío y se me van a resfriar-

amo tanto a mi mamita -si mami, llegaremos temprano-.

Íbamos caminando por la vereda pateando algunas piedras mientras hablábamos.

-escuchaste los cassettes?- me preguntó rompiendo el silencio que la verdad, no era nada incomodo.

-sip pero no los pude terminar de escuchar-

-pucha, pero pudiste escuchar el demo?-

-solo hasta la segunda canción

-¿te gustaron?- me pregunto un tanto nervioso

-no, no me gustaron-

-en serio?, por que?- dijo algo triste y ligeramente preocupado

-porque me encantaron, creo que son las mejores canciones que he escuchado en mi vida- pude ver cómo se iluminaron sus ojos, esos ojos tan lindos que tiene, de esos de los cuales me tienen enamorada en secreto.

-Gracias pazita, tu opinión era la que más me importaba- dijo mientras paraba de caminar para mirarme a los ojos

Me ponía tan nerviosa cuando hacía esto, mis piernas se ponían tiritonas, podía escuchar mi corazón y sentía que este se saldría de pecho en cualquier momento

-te quiero mucho mi cabrita chica- dijo para luego abrazarme. Aún que solo tenga 2 años menos que el me apodo así solo por mi baja estatura.

-yo más varito- dije correspondiéndole el abrazo.

Amo cuando nos abrazamos, siento como si el tiempo se detuviera y solo existiéramos el y yo, abrazados ahí al medio de la calle, solos, sin nadie que nos viera.

-oye ustedes son muy buenos, sabia que tocaban bien pero no así de bien- dije rompiendo el abrazo para seguir caminando a sentarnos en una banquita de la plaza.

-lo se, somos los mejores- dijo con una sonrisa a lo cual yo solo solté una pequeña risita.

Quedo un silencio entre los dos el cual no era incomodo, pero decidí romperlo.

-puta que hace frío- dije sobándome los brazos y juntando las piernas.

El solo me miro con una tierna sonrisa, puso su brazo sobre mis hombros y luego me acercó a él así pues lo abrace como solíamos hacer.

-mira el atardecer, está hermoso!- dijo entusiasmado apuntando hacia mi lado, pues tenía razón, aún que todo el día el cielo estuvo nublado ahora había un hermoso atardecer anaranjado con algunos tonos rosados entremedio.

-que lindo!- exclamé - tan lindo como tú- juro que pensé que lo había dicho en mi mente, pero al parecer no fue así

-¿que?- pregunto, aún que no estaba viendo su cara sabía que el tenía esa sonrisita.

-dije que esta-estaba lindo el atardecer- en esta última palabra mi voz se quebró un poco, aún miraba hacia mi lado ya que me daba demasiada vergüenza mirarlo.

-no, lo que dijiste después de eso- dijo dándome vuelta, ahora mirándolo a él.
Era más que obvio que notaba mi cara sonrojada.

Me sonreía, el sabía perfectamente lo que había dicho -de verdad soy tan lindo?-
Pregunto con ese brillito en sus hermosos ojos.

-para mi...si- dije avergonzada

-ah, o sea que era verdad lo que dijo el Francis- quede atónita en ese momento, el conchesumare del francis era el único que sabía que el Álvaro me gustaba, aún así quería pensar que no hablaba de eso aún siendo obvio.

-mmm que cosa dijo?- si me llegaba a decir eso juro que lo mataba

-si tú sabi po paz, si ya lo se, no te hagai la que no- me seguía mirando sonriendo -tu también te me haci bonita...bueno, porque lo eres- estaba que moría, su brillo en los ojos, su sonrisa, no se como tuve fuerzas para seguir de pie con la conversación.
Puso su mano en mi mejilla y con su pulgar acarició esta.

No es un sueño???

Solo nos dejamos llevar y nos besamos como tanto había esperado este momento ansiosa por lo que disfrute cada segundo de este.

-que te dijo el Francis?- dije curiosa y emocionada por el hermoso beso que habíamos tenido.

-que tú gustabas de mi...espero haberte dejado claro lo que yo siento por ti- en efecto, iba a matar al hijo de puta del francis pero preferí pensar en eso después ya que con esa mirada tierna que tiene no hay como no perderse en ella.

-más que claro lo dejaste varito- le dije con una sonrisa amplia en mis labios. Vi mi reloj eran las 21:36, ya era tarde y mi mamá nos estaba esperando -Álvaro, mi mamá nos espera, ya vámonos- le comente aún sonriente pero concentrada en mi reloj.

-vamos wachita- amaba cuando me decía así.

El se paró primero de la banca, me ofreció su mano para pararme y caminamos agarrados de la mano hacia mi casa que estaba solo a 2 cuadras de la plaza.

Hasta que paro, se puso frente a mi y me robó un beso tierno, se separó de este y me pregunto sonriente:
-puedo ser tu pololo, paz?-a lo que respondí entusiasmada
-obvio que si mi varito!- y cerramos todo con un besito.

FIN

Los Bunkers - one shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora