Frente al lago

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Deja que sean mis labios
los que arranquen tus suspiros,
que al entregarte mis besos
se aceleren tus latidos.

Abrázame fuertemente,
sin límites en el tiempo,
ese abrazo tan sublime
que me apague hasta el aliento.

Como no darte mi amor,
si ya te entregué mi vida
como no saciar mi sed
en esa fuente prohibida.

Con esa perversidad
con la que a veces me miras,
satisfago mi ansiedad
al verte como suspiras.

Me gustas, no me preguntes porqué
no hay razón para explicarlo,   
pero si permíteme
que pueda demostrarlo

Una Semana En El Exilio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora