💋 ᎒᎒ 𝟎𝟎𝟐.

809 39 21
                                    

𝑩𝑼𝑬𝑵𝑶𝑺 𝑨𝑰𝑹𝑬𝑺 - 𝑨𝑹𝑮𝑬𝑵𝑻𝑰𝑵𝑨
𝑱𝑼𝑵𝑰𝑶 𝟖’, 𝟐𝟎𝟏𝟗

Aquella tarde hacía un tiempo espléndido en Buenos Aires, apenas se notaba que el invierno se estaba acercando. Renata paseaba por las calles de Buenos Aires junto a Matías, su “pareja”, quien mantenía su brazo izquierdo sobre sus hombros mientras que cargaba unas bolsas de las últimas tiendas por las que habían pasado en su mano derecha. Unos pocos pasos más adelante se encontraba Julieta, con su mano entrelazada con la de su “novio”.

Habían pasado unos días desde aquella situación en su departamento y desde aquel día, no había vuelto a ver al cordobés. Aunque le había mandado varios mensajes esa noche preguntándole dónde estaba, los había ignorado, sin atreverse a entrar al chat para que no supiera que los había leído. Al inicio había pensado en ir y disfrutar de la noche con él, pero el hecho de que subiera una foto diciéndole a su mujer cuánto la extrañaba justo después de haber estado tocándola por debajo de la mesa, le había sentado mal.

Sin embargo, aquella situación no había sido lo que la había llevado a ignorarlo, sino su preocupación por Julieta, quien no le había respondido a casi ningún mensaje hasta que había decidido sacarla de su hotel para ayudarla a distraerse. Eso las acabó llevando a ir a mirar ropa a las distintas tiendas, parando en una de lencería como final de su ruta.

— ¡Juli, mira este en rosa!

— No me convence mucho en rosa.— negó, girándose— ¿Lo tendrán en otro color?

— ¿Blanco? —señaló— Ahí hay en blanco.

— O en negro, también lo tenes en negro.

— Y en rojo también.

— ¿Ya te decidiste por uno, linda? —la miró— ¿O seguís sin saber cuál quedarte?

— No me decido.

— ¿Y si te probas los dos? Así capaz te es más fácil decidirte.

— O capaz me lleve los dos, no me quedan ya casi.

— Igual, tenés que probartelo, no te dejes guiar solo porque lo veas de tu talle.— negó, mirándola— ¿No te quedan? Pero si tenías una banda de estos conjuntos.

— Sí, pero se me encogieron en la lavadora algunos.

Realmente ninguno se había encogido, la mayoría los había roto Cristian en la pasión del momento, y los que no se habían roto, se los había quedado. Aún recordaba cuando le había mandado la foto de su tanga blanco de encaje, el cual no había encontrado por ninguna parte, y resulta que él se lo había guardado en el bolsillo de sus shorts deportivos. Aquello había hecho que tuviese una gran necesidad de comprar más ropa interior, que probablemente acabase como las demás, rota o en manos del cordobés.

— Bueno, para la próxima tendrías que tener más cuidado, amor. ¿Entonces cuál te vas a probar? ¿Los dos nomás?

— Sí, los dos.

— Bueno, entonces probate los dos.— sonrió— Tu amiga agarró un vestidor, pero me parece que aquel de allá está desocupado, amor.

— ¿Venís?

— Claro que voy.— la siguió— Te sigo, linda.

El probador era amplio, con unas cortinas de color ocre y un sofá acolchado de color blanco. Aún así, lo que más le gustó fue el gran espejo que tenía delante, ideal para poder sacarse un par de fotos.

— ¿Me aguantas el abrigo?

— Si, dámelo.

— Gracias, cielo.

𝐋𝐎𝐔𝐈𝐒 𝐕𝐔𝐈𝐓𝐓𝐎𝐍 ; 𝘊𝘳𝘪𝘴𝘵𝘪𝘢𝘯 𝘙𝘰𝘮𝘦𝘳𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora