1. El encuentro

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"Chicago" era uno de los clubes más importantes de la ciudad. "El lugar donde hasta tus placeres más oscuros pueden hacerse realidad." La única condición era la completa y absoluta confidencialidad. Esas eran las premisas bajo las que Violeta había continuado el legado de su padre.

Desde su muerte, hacía ya dos años, se estaba haciendo cargo del negocio familiar, aunque llevaba entrenándose para eso desde que tenía uso de razón.

El club era un lugar emblemático en la ciudad, ubicado en el corazón de la vida nocturna. Destaca por su fachada elegante y moderna, iluminada por luces de neón que dan un ambiente vibrante y atractivo. Al entrar, los clientes son recibidos por un interior lujoso y sofisticado, decorado con tonos cálidos y detalles artísticos que crean una atmósfera acogedora pero excitante.

El club cuenta con una pista de baile amplia y bien iluminada. Las barras distribuidas estratégicamente por el local, ofrecen una amplia selección de bebidas Premium y cocteles exquisitos, atendidos por un personal amable y profesional.

Uno de los aspectos más destacados de "Chicago" es su escenario principal, donde se presentaban los espectáculos de baile en vivo.

Pero "Chicago" es mucho más de lo que aparenta, tiene múltiples facetas. Cuenta con un piso superior donde se encuentran las habitaciones privadas para que los clientes disfruten de momentos íntimos con las bailarinas. Estas habitaciones decoradas con estilo ofrecen privacidad y comodidad para aquellos que buscan una experiencia más exclusiva.

Además tiene una parte reservada en la que se encuentran salones elegantes, utilizados por Violeta para llevar a cabo reuniones importantes y discusiones estratégicas. Estos salones reflejaban su gusto refinado y estaban diseñados para impresionar a cualquier visitante. "Siempre muestra tu mejor imagen Violetita, incluso en los momentos más difíciles. La intimidación es una manera de mantener a raya a tus enemigos" le había dicho su padre una vez.

Por otro lado, el club también cuenta con un sótano, un lugar oculto y discreto donde se llevan a cabo asuntos más particulares y privados. Este era más conocido por ser el lugar donde se realizaban prácticas menos convencionales.

"El club no es solo un negocio, es una extensión de ti misma, Violeta. Tu vida y el club están entrelazados para siempre" Fueron las palabras que le dejó su padre en la carta que le dio el abogado luego de que muriera.

Violeta creció en un ambiente poco convencional. Su madre falleció al dar a luz, dejando a su padre como único cuidador. Aunque su padre hizo lo mejor que pudo siempre estaba ocupado con sus negocios, lo que dejaba a Violeta sola en muchas ocasiones.

Cuando era pequeña pasaba la mayor parte de su tiempo en el club, donde mientras su padre tenía reuniones de negocio, ella realizaba las tareas escolares en una mesa aparte. Sin amigos con quienes jugar, las bailarinas del club y Mari, la mano derecha de su padre, se convirtieron en sus únicos modelos femeninos. Fueron ellas quienes le enseñaron a comportarse como mujer, inculcándole una idea del amor y de las relaciones alejada de la realidad.

A los quince años había disparado por primera vez un arma, enseñada por su padre y a los dieciséis le había regalado la suya propia. Esta lección, junto con las enseñanzas de las bailarinas, moldearon la forma en la que Violeta veía el mundo y su manera de relacionarse.

Siempre sintió que le faltaba algo en su vida: las experiencias de una adolescente típica. Nunca pudo salir con amigas, emborracharse y disfrutar de la libertad que muchos jóvenes tienen. Ni siquiera tenía amigas. Aunque tenía una buena relación con las chicas que trabajaban para ella, no podía considerarlas como tal, ya que en fondo las veía como sus empleadas, manteniendo asi una barrera entre su vida personal y profesional.

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