Capítulo 15 -Mio-

568 54 2
                                    


Zee giró repentinamente dejándolo encima de mí, sus brazos sujetando los míos.

—¿Te sientes cómodo de esta forma? —pregunté con la voz entrecortada.

—Sí, de cualquier forma, que te haga sentir bien.

Con destreza comenzó a tocarme, pasando primero sus manos, luego su boca hasta llegar a mis pezones, dónde se detuvo chupando y luego mordiendo hasta que llegaron a dolerme al mismo tiempo que sentía una especie de electricidad por todo mi cuerpo. Estaba al punto de casi perder la cabeza.

Estaba haciendo sonidos extraños, medio gruñendo, medio gimiendo, pero no me importaba si sonaba extraño o ridículo; solo podía concentrarme en lo malditamente bien que me sentía.

Zee se acercó más, uniendo sus caderas a las mías, haciendo que nos rozáramos. Solo Dios sabe lo espectacular que se sentía; era como una caída libre directa al placer. Llegó un punto donde Zee tomó ambos penes, frotando por encima de la ropa, pero pareció ser poco para ambos porque nos separamos y nos arrancamos la ropa lo más rápido que pudimos.

Lo había visto desnudo en set muchas veces, incluso un poco más durante las escenas de amor, pero nada como esto, su cuerpo era simplemente espectacular, cada músculo estaba marcado, sus brazos grandes y voluminosos; definitivamente tenía que pasar mi boca y mi lengua por ellos, ni hablar de su paquete de seis que quizás se podría convertir en uno de ocho, oh dios, dame toda la fuerza de voluntad para no terminar con tan solo verlo resplandeciendo frente a mí de esta forma.

Mis ojos siguieron bajando a medida que él se bajaba los pantalones de pijamas y en ese momento dejé de respirar o quizás comencé a respirar más rápido, no lo sé, solo sé que Zee era grande. Sabía que era grande; lo había tocado también un par de veces en set aprovechando la oportunidad que él mismo me brindaba, pero no recuerdo que estuviera excitado como ahora, así que eso podría explicar por qué no pude medir bien este gran tamaño.

Debí dejar una carta de despedida, si lograba que eso entrara en mí, claro está que moriría.

Zee no dijo nada; solo se limitaba a recorrerme con la mirada comiéndome, así como yo estaba haciendo con él. Cuando tuvo suficiente, comenzó a actuar.

—Prometo ser más gentil la próxima vez. —dijo mientras se lanzaba sobre mi otra vez con besos duros, llenos de necesidad.

Solté un gemido sobre su boca, riendo. Zee se deslizó hasta mi pene, acariciando toda mi longitud. No me sentía ni un poco cohibido, quizás no era tan grande como él, pero definitivamente mi amigo era lo suficientemente grande para algunos. Mientras casi perdía el conocimiento clavando mi cabeza en las almohadas, oh dios, sí, quiero que me toque por toda la eternidad.

—Me encanta ver cómo te vuelves loco, pero no tan loco como quiero todavía.

Zee, ya no era el mismo, ya no era inocente y dulce, ahora era cruel, lleno de deseo, queriendo llevarme más al límite.

Levanté un poco mi cabeza solo para ver cómo sus ojos se oscurecían y soltaba una sonrisa perversa para luego volver su mirada a mi erección que seguía en su mano, pero dejó de acariciarla y optó por pasar su cálida lengua por ella.

—Oh, Zee.

En ese mismo momento sentí morir; me perdí totalmente en esos movimientos, arriba y abajo, lamiendo como si fuera su paleta de helado favorita, luego haciendo círculos en toda la punta.

—Zee. No creo. No creo poder soportar tanto. —Coloqué una mano en mi boca, un poco consciente de dónde estábamos, pero no creo que se amortiguara mucho el sonido.

Refugio - ZeeNuNew♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora