Valentía

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1:05 pm, es la hora de salida de clases, falta un minuto para que sea esa hora muy deseada, por esa razón mis compañeros están muy ansiosos.

Llegada esa hora, mi amiga y yo junto con mis compañeros corrimos a la puerta de salida una vez acabadas las clases para luego tener que volver mañana. Kurumi tenía que retirar a su hermana que está en quinto de básica ya que sale a la misma hora, para nuestra suerte, su hermana ya estaba en la puerta esperándonos.

Las tres quisimos ir a comer un helado, pero no teníamos la suficiente plata, así que tuve que ir a pedir plata a un compañero que estaba viniendo a la puerta de salida.

_Hola querido compañero, ¿talvez tienes cincuenta centavos que me prestes?

_Justo a eso venía, yo te debo cincuenta centavos de la copias, así que te pago.

¡Que bien!, ¡no tengo que endeudarme!, me olvidé que le vendí cinco hojas que teníamos que traer hoy en la mañana, que poca memoria tengo que me olvido lo que paso esta mañana.

Feliz de la vida fui a donde estaban mis amigas esperándome (considero a Dakime como una amiga por ser hermana de mi mejor amiga y también por que nos llevamos muy bien, la considero así a pesar de no tener mi mista edad), no tengo que decirles lo que paso porque ellas con tan solo ver mi cara pueden inferir que conseguí lo que faltaba para ajustar los tres dólares.

Compramos los helados en un pequeño local ubicado cerca de nuestra escuela aunque no tanto, por andar de despistadas nos perdimos (eso se llama ser pendejas, no despistadas).

_¿Alguien sabe dónde es que se supone que estamos?_ pregunté desconcertada

_No

_No

_¡¡Ya valió!!_ afirme

_Literal, creo que vinimos por el callejón de allá_ Dijo Kurumi y asintió Dakime.

_¿Saben en que creen los testigos de Jehová?

_No

_No

_Creen que les vamos a abrir la puerta...

Comenzaron los chistes malos, no les tome mucha importancia ya que el callejón en el que estamos es muy desolado y eso me asusta un poco por todo lo que dicen las noticias. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al ver a unos señores que parecen gánsteres, cuando se lo iba a decir a Kurumi, ellas lanzaron una fuerte carcajada que atrajo la atención de esas personas.

¡¡MALDICIÓN!!, cuando uno de ellos se hizo a lado dejo ver un cuerpo encima de un charco de sangre, nos quedamos paralizadas. Mi cuerpo reacciono unos segundos después antes de que esos individuos empiecen a correr hacia nosotros, lo que hice primero fue decirle a Dakime que corra en un grito desesperado mientras Kurumi y yo íbamos a tratar de detener a esos tipos. 

Vi a Dakime alejarse lo suficiente para comenzar a ayudar a Kurumi, Dakime corría con rapidez hacia el lado opuesto. 

No sabíamos pelear pero si pudimos aguantar, la desesperación era tremenda, fue más cuando ellos sacaron un cuchillo, cerré las pestañas con fuerza mientras sentía un dolor insoportable en el pecho. Caí al suelo, mi conciencia esta tranquila, nunca hice algo malo y Dakime huyo, ¿por qué tendría que preocuparme?. Mientras perdía la conciencia sentí la mano de Kurumi tocar la mía y escuche la sirena de la policía junto con un grito horrorizado de Dakime, con mucho esfuerzo abrí los ojos para ver que arrestaron a esos individuos, sentí paz.

Lo ultimo que pude escuchar fue los gritos y lloros de Dakime...


Todo era blanco, vi una silueta que me parecía familiar, era Kurumi la cual me sonreía, corrí para abrazarla mientras le susurraba que espero que estemos juntas para siempre...


Desperté en un lugar desconocido, este lugar es parecido a una casa japonesa antigua, voltee al escuchar la puerta abrirse.

¿¡SHINOBU KOCHO?!

Sí mi amiga y yo, estuviéramos en KNYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora