Niño bonito

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Izuku se encontraba mirando un cristal de exhibición de una tienda departamental, en los estantes se mostraban varias cámaras con una etiqueta de yenes de cifras exorbitantes, suspiró rendido.

Había pasado una semana desde que perdió su cámara profesional en el incidente del bar, todavía no juntaba el dinero suficiente para comprar las piezas que se dañaron, comprar otra cámara era más razonable pero imposible.

No tenía más remedio que continuar con su trabajo siendo ayudante de medio tiempo las mañanas en la tienda de antigüedades de su madre y en las tardes daba asesorías de álgebra e historia a niños de secundaria.

Cuando terminaba las sesiones de clases volvía a su departamento tomando el metro y caminando unas cuantas calles. Era el mismo sujeto que llevaba una gran mochila amarilla en espaldas, zapatos rojos, pero ahora sin esa pesada cámara profesional colgando en su cuello.

El atardecer se veía tan magnífico con esos tonos rosados y naranjas, el sol daba una nitidez interesante en la fuente. Izuku hizo un rectángulo con sus dedos interpretando la imagen perfecta que sería ese momento, rápido sacó su teléfono e intentó tomar la captura.

Observó la pantalla con una tenue sonrisa de confort por el intento, la fotografía era bonita, pero su teléfono no tenía los megapíxeles suficientes para plasmar lo que quiso. Volvió a suspirar resignado.

Era complicado no tratar de tomarle foto a cualquier nimiedad que le parecía interesante o bonita, incluso su cuello se sentía tan liviano a lo que acostumbraba. Si todo marchaba bien con el extra que ganaba en esas asesorías a los chicos de secundaria juntaría el dinero en tres semanas más.

Antes de guardar el teléfono en su bolsillo emitió la alarma de un mensaje, por lo que Izuku lo desbloqueó indagando.

"Ven a mi casa."

Era lo único que decía ese mensaje, con el nombre de Katsuki registrado. Izuku rió entre dientes al ver que la foto de perfil que llevaba era tocando la batería, la misma que le tomó cuando lo conoció.

No había hablado con él desde que su cámara se rompió, pudo darle las fotografías que tomó mediante la memoria de respaldo, se las pasó a los chicos y recibió su paga adecuada.

Izuku solo le respondió con un "de acuerdo", no por ser cortante, en realidad no sabía qué más añadir. Katsuki tampoco ayudaba siendo de tan pocas palabras en los mensajes de texto.

Unos minutos después de caminar hacia su dirección miró con atención desde la reja, la cochera estaba cerrada y no había ruido de la batería. Levantó la mano para alcanzar el timbre y llamar.  

Katsuki abrió la puerta para averiguar de quién se trataba, resopló de forma liviana y le hizo un signo con la mano de que entrara ya que estaba abierto. Izuku hizo caso, abrió la reja para adentrarse y volver a cerrarla con cuidado tras de sí.

—Hola, ¿cómo has estado? —Llamó Izuku con cortesía siguiendo un par de metros atrás al rubio.

No recibió respuesta, Katsuki solo abrió la puerta más para que Izuku pasara, el cual hizo una pequeña reverencia por la intromisión.

—¿Katsuki? —Insistió algo extrañado por no recibir ninguna respuesta. —¿Estás enojado?

El rubio puso los ojos en blanco y respiró de manera ruidosa.

—Un poco. ¿Por qué demonios no habías pasado de nuevo por aquí? Estuve todas las tardes esperando por ti y me quedaba como un imbécil.

Regañó cruzando los brazos y tomando asiento en el sofá. Izuku manifestó un rostro complejo por la confusión y negó la cabeza.

Toma una foto [BkDk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora