4.- Hans el pelirrojo

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La hora del baño había llegado y Ezio obviamente acompañaba a Antonella, ella no estaba muy convencida después de lo que había sucedido pero aceptó a final de cuentas.

No pasó mucho tiempo para que Ezio se pusiera duro, después de todo mantener la calma al ver a esa mujer que parecía sacada de un hentai no era algo fácil. Al igual que el otro día el pidió ayuda para "calmar" su cosa.

Ezio.- Ma-mamá... crees que me puedas ayudar otra vez?

Antonella.- (Dios que grande!... digo) eh... bueno, si no hay  de otra... es mi deber como madre ayudarte...

Ezio.- Haz lo mismo de la otra vez con tu boca por favor! (Es más fácil de convencer de lo que imaginé)

Antonella.- Eh?! eso no es algo que se pida a alguien tan fácilmente Ezio (voy a probar otra vez su semen!...) pero está bien, te ayudaré.

Antonella inició con su boca, manos y pechos, Ezio obviamente le ayudó a ella mientras jalaba y masajeaba sus pechos, esto hizo que en pocos minutos el chico aventara su primera carga, la cual la madre no desaprovecharía en tragar por completo, no sin antes saborearla bien.

Sin embargo, arrojar esa primera carga no era suficiente para calmar a Ezio.

Ezio.- Eh... mamá? se puso duro otra vez... crees que-

Antonella.- Por supuesto! digo... eh, no hay de otra, tengo que ayudarte hasta que no sea un problema...

Ezio.- (Supongo que ya no tiene caso aplazar lo inevitable...) Mamá, puedes ponerte apoyada sobre la orilla del rio dándome la espalda?

Antonella.- Claro pero que quieres intentar? (quiere que lo haga con mis muslos?)

Ezio.- Ya verás...

Una vez que Antonella le daba la espalda a Ezio el cual tenía una vista perfecta del su enorme trasero, el tomó su miembro y delicadamente lo frotaba en la entrepierna de su madre.

Antonella.- !!!! Qu-que haces Ezio?! (solo fue un roce! por que se siente tan bien?!)

Ezio.- Es algo que quiero intentar mamá...

Antonella.- No!... no podemos hacer esto!

Ezio.- No te gusta?

Antonella.- Si! digo, no!! no se trata de eso! (Me estoy mojando cada vez más...)

Pocos segundos bastaron para que Antonella moviera sus caderas por ella misma, mientras al mismo tiempo se mojaba cada vez más. 

Sin más, sintió como algo duro, largo y grueso entraba hasta el fondo, como nunca antes algo había llegado así de lejos, ni siquiera sus dedos que era más largos que el de su marido.

Antonella.- (I-increíble! se siente... demasiado bien... nada comparado con su padre...) Ah... ah... Ezio... 

Ezio.- Que pasa mamá? te gusta?

Antonella.- ... más... rápido... ah...

Ezio.- Como ordenes!

Después de eso, en el rio se escuchaban aplausos a un ritmo constante y entre cada uno había un fuerte gemido. 

Ezio no dejaba de penetrarla lo más profundo que podía, al mismo tiempo la tomaba por sus pechos mientras jalaba sus pezones. Por suerte para ambos no había nadie cerca que los pudiera oír.

Pasaron varios minutos, Antonella a había pasado por varios orgasmos, algo totalmente inusual para ella pues solo los había experimentado por su propia mano, nunca por su esposo. Finalmente, Ezio ya se preparaba para terminar.

Renacimiento en Black Clover (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora