06

43 9 1
                                    

Era un nuevo día en dónde Kai tenía planeado seguir a Soobin después de clases, pero esta vez iba con mejores ánimos después de la última vez que cruzo palabras con el azabache, así que como se encontraba de mejor humor le perdió la pista al más alto por entrar a comprar golosinas a la tienda de conveniencia que está cerca de la casa del mayor, cuando salió fue corriendo detrás de este que a diferencia de otros días caminaba más lento que de costumbre, hasta que llegó un punto en dónde cayó al suelo.

—¡CHOI SOOBIN!– corrió hasta dónde se encontraba el azabache –¿T-Te encuentras– tomó al chico entre sus brazos intentando que recuperara la conciencia dándole pequeños golpes en la cara con la palma de su mano –No puede ser

Al anochecer Soobin finalmente despertó confundido en las cuatro paredes de su habitación, estaba por levantarse de la cama cuando notó una aguja atravesando una de las venas de su mano para que el suero pasara.

—¿Qué es– miro al chico castaño recostado en la parte inferior de su cama –Kai– llamó débilmente esperando que este despertara y al no tener resultados decidió moverlo para que despertarse –

—¿Qué quieres?– respondió con voz adormilada intentando volver a conciliar el sueño, siendo interrumpido nuevamente por el mayor –

—¿Qué haces aquí Kai?– luego de llamar nuevamente al chico de cabello rizado pareciese que este perdió el sueño en tan solo un segundo –

—¡Oh! ¡Soobin-hyung al fin despiertas!– respondió en automático –Me asustaste, ¿Cómo te sientes?

—Confundido, ¿Qué pasó y por qué estás en mi casa? Para empezar... ¿Cómo conoces la contraseña de mi casa?

—Lo último no es importante... La cosa es que te desmayaste a unas cuantas pasos antes de llegar a tu casa, así que te traje cargando en mi espalda hasta aquí, además... ¿Qué no te haces chequeos médicos seguido?– cuestiono con preocupación –El doctor dijo que te desmayaste por anemia y por agotamiento. Te hubieras visto, estabas tan pálido como una hoja de papel– reclamo –Ahora debes descansar, acuéstate otra vez– tomó las cobijas tratando de volver a arropar al azabache –

—Kai– tomó las manos del chico –Gracias– dijo con sinceridad –

—S-Si me lo agradeces entonces vuelve a ser mi tutor– respondió con nerviosismo palpable y mirando a los ojos al mayor –Te pagaré más de lo que te están pagando en tu trabajo actual– cambió a un tono de determinación –Renuncia, tu necesitas el trabajo y yo necesito un tutor. Los dos ganamos, ¿Qué te parece?

—¿No te vas a rendir verdad?– le causó gracia la actitud del más joven –

—Pues no, eso debería de ser obvio después de todo lo que he– fue interrumpido por el azabache –

—¿Si lo hago dejarás de acosarme cuando regrese a mi casa?

—Yo no te estoy acosado, no es como si tuvieras mucha suerte como para gustarme de esa manera– comenzó a reírse con nerviosismo –si que tienes mucha imaginación y yo que pensé que eras más listo

—Entonces, supongo que no me necesitas– soltó la mano de Kamal e intentaba volver a acomodarse en la cama –

—¡No, espera!– movió nuevamente a Soobin –

—¿Qué?– ver las reacciones de Kamal le resultaba extrañamente divertido, quería molestarlo un poco –

—Debes de reconocer que el que yo te siguiera te salvo

—Ya te agradecí

—Bueno, p-pero– Soobin no pudo seguir conteniendo la risa al ver a Kai siendo atrapado como un niño pequeño al hacer una travesura –¡¿De qué te ríes?!– Kai no tardó en contagiarse de la risa del mayor –

INTRUSO - SOOKAIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora