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Una vez que los tres terminaron la cena, el azabache se dispuso a lavar los platos sucios, mientras que el joven Kamal por voluntad propia le ayudaba al más alto a secarlos.

—Lamento no poder ayudarlos chicos, pero está anciana está realmente agotada del viaje.

—No te preocupes abuela, yo me hago cargo, vaya a descansar.

—H-Hasta mañana. Que descanse, gracias por la comida. Estuvo realmente deliciosa– Kai hizo una reverencia hacia la adorable viejecita –

Ambos continuaron su labor en silencio hasta terminar. Mientras el menor ponía en su lugar la toalla con la que secaba los platos soltó un bostezo acto que no pasó desapercibido para el más alto.

—Espera aquí, ahora vuelvo y no toques nada– advirtió antes de subir a su habitación -

—Si, como tu digas– respondió con desinterés –

Luego de unos cuantos minutos el azabache bajo encontrándose con Kai dormido en el sofá de la sala. Si por él fuera lo dejaría ahí, pero si la abuela lo ve quien se llevaría los regaños sería él, así que lo mejor sería que lleve al chico de cabellera castaña a su habitación, así que lo tomó entre sus brazos procurando no despertarlo, subiendo con cuidado cada escalón y cuando por fin llegaron lo deposito gentilmente en la cama, deteniéndose un momento a ver al menor.

—Es tierno– sonrío por lo bajo –pero a veces muy molesto señora Huening– dijo en un tono bajo –

—Soobin– respondió con tono adormilado –¿Qué hago aquí?

—Es mi habitación, cambie las sábanas para que pudieras dormir aquí, así que no te preocupes, solo duerme

—Pero tu estabas enfermo esta mañana– con tono de preocupación –

—Ya me siento mejor, no es necesario que te preocupes.

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—Hola belleza, parece que estás soló, ¿No te gustaría algo de compañía?

—No y si no te molesta preferiría que me des algo de espacio personal. No me interesan los chicos como tú– respondió a la defensiva el chico de cabellera larga –

—Vamos zorrita, no me digas eso cuanto te he visto varias veces salir de aquí cada fin de semana con un chico diferente

—Solo piérdete, no me interesa

Tenía intenciones de largarse de donde se encontraba ese imbécil acosándolo, pero este lo tomó del brazo queriendo besarlo por la fuerza, por suerte tenía el vaso de su bebida a la mano y en un acto de defensa personal le lanzó la bebida a la cara a ese tipejo, logrando que este soltara su agarre y salió corriendo de aquel bar.

—Maldita sea, por esa misma razón es por la que prefiero no salir solo. Ese Yeonjun, me las va a pagar por escaparse otra vez– dijo molesto mientras limpiaba los restos de la bebida que le cayeron en su chaqueta de cuero –

—¡Oye princesa parece que no va a venir ningún príncipe a salvarte, solo acéptalo y sal conmigo!– se escucho gritar al imbécil del bar mientras se iba acercando poco a poco a él con una sonrisa burlona–

—Maldita sea, ¿Qué ese bastardo no piensa rendirse?– hablo jadeante mientras retomaba el huir de aquel tipo hasta encontrar un lugar en el cual esconderse de ese bastardo–

No tardó mucho tiempo en dar con un lugar que le sirviera para despistar a aquel tipo y para su sorpresa era una clase de tienda de antigüedades, así que se paseo por la tiendo observando las curiosidades que ésta le ofrecía, estaba bastante entretenido como para darse cuenta con el chico con el que estaba a punto de chocar.

INTRUSO - SOOKAIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora