¿No puedes parar de hacerlo no?,no te preocupes... puedes usarme cuantas veces quieras.
Yo siempre estaré para ti aunque cada día me canse más y más, espero que puedas perdonar mi insolencia.
Me resignaré a quedarme callado y no molestarte más.
El a...
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¿Que es peor que estar solo?, sentirse solo... Si ya de por si estar solo es una mierda, imagínate el sentimiento de soledad, que aunque estés con 1, 10, o incluso mil personas... Aún te sentirás solo, porque dentro de ti, ya caíste en un agujero del que no puedes salir ni intentando.
Aquino miraba a la nada, sentado en el sofá, en completó silencio, pensando en cómo había llegado aquí.
Una pelea con sus padres, una oportunidad de irse... ¿Y luego?... Toda una vida llena de maltratos y agresiones, que, apesar de saber que estaba mal, aún seguía ahí.
¿Por que? ¿Por que seguir con una persona que te trata así? ¿Por que aguantar abuso tras abuso? ¿Solo para sentir amor? ¿Una mísera y casi inexistente pizca de amor? Si... Seguro era eso, y si no lo era... ¿Por que seguía ahí?
—Aquino, cariño, ¿Quieres venir a cenar esta noche?... Olvidé hacer las compras y bueno...-El mayor rió levemente ante su torpeza.
Aquino salió de sus pensamientos y miro a Duxo, con algo de ilusión.
—¡Claro! Déjame ir a cambiarme... No me tardo-Respondió el contrario, sonriendo ante esto.
Eran pocas las veces que Duxo sacaba a su pareja desde que comenzaron a vivir juntos, pero esas pocas veces eran bastante especiales, nada malo pasaba, bueno... Nada fuera de los abusos cotidianos que Aquino sufría, pero en lo que cabe era bastante tranquilo e incluso divertido.
Aquino llegó, vistiendo unos simples pantalones de mezclilla y una camisa, nada extravagante, no tenía mucha ropa después de todo.
—¡Vámonos!-Aquino lucía bastante feliz y emocionado por esto, ¿Y como no estarlo? Finalmente saldría después de estar semanas encerrado.
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Al momento de llegar al restaurante, noto que no era uno normal, eran de los típicos que irías a una primera cita, bastante elegante y bien amueblado, algo raro... Ya que según Duxo, no se podían permitir tal lujo.
—Cariño... ¿Que hacemos aquí?-Murmuro Aquino, tomando del brazo a Duxo.
—Sorpresa~... Pensé en hacer algo especial está noche, para disculparme por todas las veces que te hice sentir mal-Respondió Duxo, sonriendo dulcemente.
