Recuerdos.

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Narrador Omnisciente

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Narrador Omnisciente

El albino y el rizado jugaban alegremente en el centro del pueblo, corriendo de aquí para allá, persiguiéndose, a veces ocasionando mínimos estragos, como chocar con la gente o tirar una que otra fruta de los puestos que la vendían.

Camilo perseguía a  _____  mientras el de piel lechosa corría escapando de él riéndose en el proceso, en un momento el pequeño se sintió mareado pues el sol era demasiado para él pero decidió seguir corriendo y jugando, su velocidad disminuyó y eventualmente Camilo lo atrapó.

— Te toqué, es tu turno!

Camilo echó a correr para huir del albino, este a su vez comenzó a perseguir al rizado mientras ambos reían, otro golpe de luz solar pareció golpear al pequeño haciendo que corriera cada vez más lento hasta desplomarse en el suelo con un sonido sordo, Camilo por su parte continuó corriendo hasta que se dió cuenta de que su amigo ya no lo seguía, de hecho no lo veía por ninguna parte.

Comenzó a buscarlo por los lugares que el albino más frecuentaba, la casa de los Guzmán, la tienda de dulces, el pozo e incluso buscó en los puestos de verdulería que estaban cerca, no lo encontraba, supuso que el pequeño se había cansado y decidió dejar de jugar, ¿o se habría enojado porque lo atrapó? esperaba que no, no le gustaba cuando su amigo no estaba feliz.

Sin más remedio, fue a su casa, aún preocupado por su amigo. Llegó a su casa arrastrando los pies, sumido en su mundo, hasta que se percató de los mayores de la casa, reunidos afuera del cuarto donde conoció por primera vez al albino, su pecho se hundió en preocupación la cual aumentó al ver a la Señora Guzmán y su hijo mayor, Mariano. Había un ambiente pesado, de estrés y preocupación, su cabeza dió vueltas en las miles de posibilidades que podían haber pasado.

¿Se había lastimado? ¿Acaso había hecho algo mal y el albino lo había avisado? ¿estaba bien? ¿se había fracturado algo? ¿se tropezó con una rama y se raspó?

La preocupación consumía su cuerpo, se acercó a los adultos sin ser notado y escuchó la plática.

— Ya ha pasado muchas veces Alma... me preocupa.

— La comida de Julieta no lo ayuda ya.

— No podrá salir de nuevo al sol, ya no saldrá a jugar.

— Tiene fiebre, está sudando frío... tiembla mucho y se mueve como si tuviera pesadillas. Siempre es lo mismo.

El corazón de Camilo dolía, ¿qué le pasaba a su mejor amigo, al niño de sonrisa bonita? Su vista se nubló con las lágrimas que salían de sus ojos, no entendía nada pero no era necesario entender para saber que su amigo no estaba bien.

Él mismo lo había notado, el cansancio excesivo del niño, la fatiga constante, los sangrados de nariz, la necesidad que tenía de dormir, el como el sol lo molestaba y estresaba.

ᴘᴇǫᴜᴇɴ̃ᴏ ʀᴀʏᴏ ᴅᴇ ʟᴜɴᴀ || ᶜᵃᵐⁱˡᵒ ˣ ᵐᵃˡᵉ ʳᵉᵃᵈᵉʳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora