Capitulo 6: El Abrazo Que Calma

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La decisión de Jimin de alejarse, de poner una barrera entre ellos, era como un golpe directo al corazón de Jungkook. Ya no podía soportar la frialdad repentina, esa distancia que Jimin imponía con facilidad. Sentía que cada paso que Jimin retrocedía era un paso hacia la locura para él.

Giró sobre sus talones, la frustración que sentía lo estaba matando. Con un rápido movimiento, presionó a Jimin contra los fríos azulejos del baño; la cercanía forzada entre ellos era un grito silencioso de su desesperación por recordar.

—¡Basta de escapar, Jimin! —exclamó Jungkook, su voz amortiguada por las paredes—. Me está volviendo loco esta distancia que pones entre nosotros.

Jimin, acorralado por la intensidad de aquél chico, colocó sus manos en el pecho de Jungkook, quería tranquilizar la situación.

—Jungkook, tienes que calmarte —su voz salía entrecortada, su corazón estaba acelerado.

Los ojos de Jungkook buscaban desesperadamente alguna respuesta en los ojos contrarios.

—¿Por qué no puedo recordarte, qué nos distingue de los demás? —preguntó Jungkook, su voz parecía quebrarse por la confusión.

Jimin, manteniendo la calma exteriormente, sentía la oleada de preocupaciones en Jungkook.

—No lo sé, Jungkook —respondió, sintiéndose cohibido por lo cerca que estaban—. Quizá no sea algo bueno que debamos forzar. Tal vez los recuerdos necesiten volver a ti con calma.

Jungkook negó con la cabeza, negándose a aceptar lo que Jimin decía.

—Pero esto me está volviendo loco, Jimin. Esa sensación de que tú y yo... nosotros...

—Entiendo, entiendo perfectamente que te sientas de esta forma, pero debemos dejar que el tiempo se encargue.

Aunque Jimin se esté muriendo de ganas, luchando entre el deseo por revelar sus sentimientos más profundos y la necesidad de proteger la frágil memoria de Jungkook, no podía hacerlo libremente, no cuando estaba consciente de que él provocó que Jungkook lo olvidara.

Por supuesto, quería gritarle al mundo cuánto amaba a Jungkook, recordarle cada risa que compartieron, cada lágrima que derramaron juntos, cada promesa que se habían hecho todas esas noches donde demostraban cuanto se amaban, pero ya nada de eso le pertenecía, eran recuerdos que solo existían para él.

Jungkook se preguntaba por qué Jimin, que se veía tan cercano, se mantenía a la misma vez tan distante, como algo que podía ver pero no tocar. Intentó una vez más continuar el tema que los separaba, pero las palabras se desvanecieron, como si la distancia que había entre ellos fuera tan grande como para ser salvada por meras conversaciones.

—Jimin, ¿podrías dejarme solo? —habló Jungkook finalmente.

Pero Jimin se mantenía firme, no quería dejar solo a Jungkook en un momento así.

—No puedo, Jungkook —respondió con suavidad—. No voy a dejarte solo, necesitas ayuda, estoy aquí para ti.

Con la voz cargada de una súplica contenida, Jungkook miró a Jimin directamente a los ojos.

—Te lo ruego, Jimin, solo serán unos momentos, necesito estar solo —dijo, dejando en claro que no era una petición, sino más bien una necesidad.

Leyendo la seriedad en el rostro de Jungkook, acató su pedido, asintiendo lentamente.

—Está bien, de acuerdo, si es eso lo que quieres, te daré tu espacio —dijo, su tono parecía no muy convencido.

Con un último vistazo lleno de preocupación y un silencio que decía más que mil palabras, Jimin se dio la vuelta y salió del baño, cerrando la puerta detrás de él.

Fragmentos de un amor olvidado [KM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora