37. WIWI

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En el living de la casa de los Armstrong

- ¿Qué pasó? ¿Cómo estás? ¿Dónde está Freen? ¿Y Song? ¿Cómo te fue en la playa, cariño? ¿Te divertiste? ¿Quieres comer algo? -estás fueron tan solo unas de las tantas preguntas que Becky le entendió a su madre en cuanto Nabi y ella entraron en la casa. Unas iban dirigidas a la castaña y otras a la niña que llevaba en sus brazos. Becky las distinguió por el tono que usó su madre para las de ella; un tono inquisidor, mientras que las preguntas hacia Nabi iban con toda la dulzura posible.

Becky giró los ojos ante la locura de Erika.

-Estoy bien, mamá. Tengo mucho en mi cabeza, pero estoy bien aseguró-. Freen y Song están juntas -contestó, bajando a Nabi para que la niña fuera a saludar a las recientes hospedadas en la casa Armstrong.

Al parecer, ya todos estaban más tranquilos y con la llegada de Lisa los grupos se habían dividido y las conversaciones eran variadas y con un aire más ligero.

-¿Las dejaste solas? -preguntó Erika, sorprendida.

-Sí, madre -no necesitaba que Erika le recordara las ganas que tenía de estar espiando esa interacción-. Me cuesta -confesó-, pero Freen tiene que encontrarse con su hija y Song con su madre -afirmó con seguridad y caminó hasta donde Nam ya estaba lista para la cita con su impecable vestido negro y su cabello alisado.

La coreana hablaba con Jennie, Lisa y JinYoung en lo que parecía una animada conversación y Becky estaba segura de que sea lo que sea que estuvieran hablando, al menos la iban a alejar de la mirada inquisidora de su madre e iba a hacer que su mente saliera al menos un poco de la playa.

-Estás preciosa, Nam -la felicitó Becky.

-Lo sé, Becky -admitió su socia con poca humildad, pero escucha esto señaló a Lisa- te vas a morir cuando te enteres. Empieza a hablar versión mujer del viejito -JinYoung y la madre de Freen giraron los ojos.

-Buenas tardes, Rebecca -la rubia pasó de la orden de Nam y priorizó la educación saludando a la que aún era novia de su hija, antes que nada-.

-Tengo entendido que recibiste una pequeña sorpresa, ¿es así? -lo decía por Song. Becky asintió con una sonrisa-. Y también tengo entendido que mi hija dejó la famosa semilla en tu vientre

- ¡Oh por Dios! -Nam no evitó la carcajada-. ¿La semilla? ¿En serio? -miró a Lisa-. Ya tenemos una monja que se encarga de decir esas estupideces así que tú lo tienes que decir tal cual es, viejita. ¡Tu hija preñó a Becky! ¿Escuchaste? -entre adultos la coreana no se controlaba-. Tú hija y su inmenso rarón le llenaron la cocina de humo a mi amiga y

-Nam, hija mía la hermana Spencer aparecía en la conversación, silenciando a la joven coreana-. ¿Qué es lo que te ha hecho alejarte del rebaño de Dios? ¿Con qué pecado te has dejado tentar por Satán? -la mujer se persignó.

Nam abrió los ojos grandes-. Eh, eh hermana, no es lo que

-Hija mía, voy a rezar por ti y cuando volvamos le voy a pedir al padre que te exorcice -concluyó la monja-. Mientras tanto sería bueno que rezaras cincuenta padre nuestro y cincuenta ave maría, hija. ¡Tenemos que sacarte de ese mal camino! -la monja dio media vuelta y dejó el grupo.

-No te preocupes, Nam -Becky vio la cara de su amiga y le palmó la espalda-. Poco va a tardar la hermana en darse cuenta que tú del mal camino no sales ni porque te bañes en agua bendita -todos se rieron.

-Yo que tú me cuidaría de las bromitas, castaña sin culo -le advirtió su socia-. No querrás que cuente frente a tus suegras lo que tú y cierta rarita han estado haciendo en la cocina, o en tu oficina o bueno, también en cierto callejón cercano al

NO SOY PARA TI - FREENBECKY (CORREGIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora