Nota: ¡Bienvenidos a mi nuevo fic del universo Harry Potter! Es un romance entre Bellatrix y un personaje femenino de creación propia. Bella tiene aquí 35 años y la chica 28. He alterado edades y acontecimientos en favor de la trama, pero como siempre habrá cosas que sigan el canon.
Este primer capítulo es corto porque sirve como introducción, los siguientes ya serán más largos. Actualizaré todos los lunes. Tengo la historia casi terminada, así que no dudéis que no quedará a mitad. Ojalá os guste y podamos hablar en los comentarios. ¡Muchas gracias!
* * *
—Necesitamos otro espía.
Media docena de rostros cansados y magullados miraron a Albus Dumbledore.
—Yo necesitaría una pierna nueva, Albus, pero no está fácil el mercado —gruñó Alastor Moody.
Sirius Black disimuló una sonrisa y McGonagall les dirigió una mirada reprobatoria. El sarcasmo del exauror no aligeró el ambiente pero tampoco lo empeoró (sería complicado empeorarlo más).
—¿Qué problema hay con Severus? —inquirió Remus Lupin.
—Voldemort no confía por completo en él, ni tampoco su círculo más cercano. Cada vez le cuenta menos y como consecuencia cada vez llegamos más tarde a los ataques y hay más víctimas a las que no podemos ayudar. Hay información a la que Severus no puede acceder y es crucial para avanzar.
—Estaría bien que la guerra terminase de una vez, llevamos años atascados —masculló Tonks.
Todos estuvieron de acuerdo. Si en su día creyeron que la Primera Guerra Mágica era larga, la Segunda estaba duplicando los tiempos. Entre ambas apenas habían transcurrido dos años: lo que les costó a Colagusano y a Bellatrix Lestrange (que logró escapar tras la tortura de los Longbottom) encontrar la forma de revivir a su maestro. Dumbledore les había advertido que volvería, pero nadie imaginó que tan rápido. Y cuando lo hizo, tardó poco en liberar al resto de mortífagos de Azkaban. Resultó desolador para todos.
No obstante, lograron proteger a Harry. El día en que Voldemort mató a sus padres, Hagrid se lo entregó a Sirius como los Potter habrían querido. Sirius les comunicó la traición de Colagusano y no hubo más disgustos.
Sirius se mudó al campo y crio a Harry alejado del mundo mágico, aunque no aislado: lo convirtió en un buen duelista y le enseñó a defenderse. Además de cosas más mundanas como técnicas para ligar o formas de ser el más popular del curso. Ahora Harry asistía a su quinto año en Hogwarts y tanto compañeros como profesores lo apreciaban mucho.
—¿Pero quién? —replicó Sirius— Todos somos ya de sobras conocidos por nuestras alianzas, no lograríamos engañar a Voldemort.
—¿Fichamos a alguien nuevo? —preguntó Tonks con sorna.
—Demasiado arriesgado —negó Remus—. Espiar al mago oscuro más poderoso de todos los tiempos es prácticamente una condena de muerte. No podemos convencer a nadie para que cometa ese suicidio.
—Y tampoco podríamos estar seguros de sus lealtades —gruñó Ojoloco.
—Pero si Quien-Vosotros... está bien, Albus —suspiró McGonagall—, si Voldemort no confía en Severus, que lleva años con él, ¿cómo iba a hacerlo en alguien nuevo?
—No tendría que ganárselo necesariamente a él. Voldemort comparte su información con Bellatrix, que nunca se ha fiado de Severus y sería muy buena fuente. Se relaciona también con los Malfoy, quienes seguro que tienen información de primera mano. Se trataría de infiltrarse en su círculo y ganarse a los mortífagos...
—Sí, vamos, como comerse una rana de chocolate, tarea fácil —se burló Sirius con amargura.
Seguía fastidiándole que fuesen su prima y a quien consideró uno de sus mejores amigos los que revivieron a Voldemort. Debió haberlos detenido a tiempo...
—No lo veo fácil, Albus —se rindió McGonagall que siempre era su mayor apoyo—. Un movimiento así es muy arriesgado y no nos queda gente en la que confiar...
—Quizá quede alguien —murmuró el director.
Pese a que se lo suplicaron, no dio más datos. Aseguró que lo consultaría esa misma noche y le preguntó a Sirius si podría acompañarlo. Él asintió al momento, durante el curso escolar no tenía a Harry y se aburría.
—¿Por qué él? —quiso saber Ojoloco.
No es que no confiase en Sirius, pero el joven de treinta años con aspecto rebelde, actitud arrogante y tendencia al caos no solía ser la mejor opción para dialogar...
—Es mujer y casi de su edad —fue la respuesta de Dumbledore.
No hubo más preguntas. Sirius era un conquistador nato: ya desde su adolescencia ninguna chica se le resistía. No obstante, también era responsable y desde que tenía a Harry ya no salía de juerga ni ligaba con desconocidas; quedaba de vez en cuando con algunas amigas, pero no deseaba ninguna relación seria. Tras la pérdida de sus mejores amigos su único objetivo era sacar adelante a Harry.
—¿Quién es? ¿Dónde vive? —quiso saber Sirius mientras abandonaban el cuartel de la Orden.
—Te pasaré a buscar a las ocho —fue lo único que aclaró el director antes de desaparecer.
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La espía
FanfictionLa guerra mágica se prolonga demasiado y ambos bandos están agotados. Tratando de avanzar, Dumbledore decide infiltrar a una espía entre los mortífagos. El problema es que el mago no calibra lo que puede suponer para una bruja con carencias emociona...