Pasaron siglos desde que los Mikaelson se enteraron sobre las almas gemelas o parejas destinadas, siglos que se resignaron a jamas encontrarla por su pasado y presente, el odio y el resentimiento lleno los corazones de todos los hermanos.
¿Los herm...
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Capitulo 7
╰┈➤Stefan...
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Niklaus en su inmortal vida sabia sobre los lazos de alma gemela, no era un ignorante, sabia sobre ello y había visto el dolor que generaba la perdida de uno de ellos, mayoría de veces él era el causante de ello.
No creía encontrar nunca a su compañera, hasta que la vio, creyó poder soportar estar distanciado de ella, creyó poder ser capaz de estar en otro país sin problema alguno, pero se equivocó, muchas veces pensó en dejar todo atrás, lo único que le impedía correr a los brazos de su compañera era el hecho de que si llegara a romper la maldición lograría hacer híbridos para protegerla, desde que se alejó de ella su mal humor había aumentado de cien a doscientos, no recordaba cuantas veces le había roto el cuello a Katherina por un ataque de ira.
Ahora que había roto su maldición no había podido estar quieto hasta que estuvo sentado en el avión directo a Perú.
Stefan que lo estaba acompañando (obligatoriamente) estaba confundido, Niklaus lo había llevado a otro país solo por capricho, sin ninguna explicación alguna, desde su lugar observo como Niklaus movía la pierna de forma impaciente y miraba su reloj cada 5 minutos, no estaba seguro que es lo que le esperaría haya, pero si eso dejaba a Niklaus lejos de su novia lo tranquilizaba.
Niklaus estaba ansioso, quería a su compañera ahora, mientras pasaban las horas más cerca estaba de ella, no pudo ni siquiera cerrar los ojos por más de 3 segundos, quería ir a donde el piloto y conducir el mismo para llegar más repito.
Las horas pasaron más lentas para él, pero ahora que estaba fuera del aeropuerto no dudo ningún segundo en subirse al auto que rento.
-Si no subes al auto ahora, juro que te romperé el cuello y te dejare justo aquí. -murmuro entre dientes, viendo cómo Stefan se quedaba parado viendo la puerta de copiloto. Stefan subió al auto sin dudarlo, sabía que no mentía cuando amenazaba.
