9. Oceans

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Capítulo 9:

Oceans
-Seafret

-I want you
-And I always will
-I wish I was worth
-But I know what you deserve
-You know I'd rather drown
-Than to go on without you

-But you're pulling me down
-It feels like there's oceans
-Between you and me once again
-We hide our emotions

Narra Rivers…

Desperté con Ari abrazándome a un costado y era lo mejor que me podía pasar en la vida. Siempre que hacíamos alguna pijamada siempre despertaba primero y me quedaba viendo como tonta a Ari durmiendo, y está no es la excepción.

Me encanta Abril, es la pura definición de perfección, incluso sin maquillaje es mucho más hermosa que nadie más, o por lo menos ante mis ojos lo es.

Recuerdo la noche de ayer y las dos posibles oportunidades de besos que nos pudimos dar. Y ninguna la aproveche, soy una cobarde, lo sé, pero tengo tanto miedo de hacer algo mal y perder todo lo que he tenido con ella.

Es una mierda ser yo, sobre pensar cualquier cosa, no poder dormir por qué los pensamientos te invaden. Y anoche pudo pasar eso, pero no sucedió nada, puedo decir que ha sido de las mejores siestas que he tenido, dormí como un oso en hibernación.

Y bueno ahora lo que no pensé en la noche lo pensaré está mañana.

¿Debería hablar de ello?

¿Creen que sea el momento correcto de hacerlo?

No quiero arruinar la bonita convivencia que estamos teniendo eso es todo.

Sentí como se removía entre las sabanas buscando comodidad la cual la encontró hundiéndose debajo de estás.

Ya era de día, lo podía notar, eran como las nueve de la mañana y ambas teníamos clase a las once, sé que Abril tarda unas dos horas en arreglarse así que prefiero despertarla ahora a qué en unos momentos sea un torbellino apresurada en todo.

Con suma delicadeza toque la mejilla de Ari para que despertara, emitió un pequeño jadeo en respuesta.

—Abi.

—Mmhm.

—Son las nueve— Abrió los ojos.

—Mentira, no ha sonado mi alarma— El universo actuó a mi favor y justo sonó la alarma de Abril.

—Te lo dije.

—Cinco minutos más— Se acurrucó a mi lado. ¿Cómo decirle que no a esta mujer?

Me sentía tan cálida a su lado que termine por dormir de nuevo.

—¡Niñas!— Desperté de golpe. Era la mamá de Abril entrando por la puerta —¡Son las once de la mañana, deberían de estar en clase!

—¡Mierda!— Ari gritó y se paró inmediatamente.

—Abril, ese vocabulario— Amenazó su mamá.

Yo me quedé aún acostada, pues sinceramente mi cerebro aún no asimilaba lo que acababa de pasar.

—Más les vale llegar a la escuela niñas— Y finalmente su mamá se fue.

—Rivis, por favor apúrate en levantarte— Se quitaba el pantalón y su playera. No es como si fuera la primera vez que la veo en ese estado.

GOLDEN HOUR | Rivari Donde viven las historias. Descúbrelo ahora