- 01 -

362 41 1
                                    


Capítulo 01. Hogar, dulce hogar


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Regresar a Forks después de estar años alejadas de su familia definitivamente no estaba en los planes de ninguna de las dos hermanas Black, pero Rachel había sido contundente con la decisión, Bella las necesitaba y ellas como buenas amigas estarían junto a ella para apoyarla.

—Naz...— la mencionada giró su rostro apartando la mirada del agradable paisaje que observaba a través de la ventana del auto y miro a su hermana mayor con atención —Escucha sé que esto no estaba planeado, pero papá y Jacob están emocionados por recibirnos— expresó ella preocupada por el estado de su hermana menor, mirándola de reojo tratando de no quitar su vista del camino.

—No tienes que preocuparte, Rachel— aseguró Nazareth convencida —Es bueno regresar a casa después de estar alejadas de ella todos estos años— dijo con una leve sonrisa en su rostro. La mayor Black sonrió ante las palabras de su hermana sintiéndose aliviada.

—Solo espero que Bella no haya cometido ninguna locura— dijo Rachel apretando el volante recordando la conversación que tuvo con su padre cuando la chica huyó de casa cuando termino con su novio la primera vez.

—Es Isabella Swan— dijo con ironía —Ella es un imán para los problemas— aseguró la menor Black provocando la risa de su hermana mayor.

El resto del viaje se mantuvo tranquilo, ninguna de las dos decía nada, pero no era incómodo sino todo lo contrario, lo cual agradecía. La menor Black hizo una mueca al notar el gran cartel que les daba la bienvenida a su antiguo hogar. Supongo que ya no hay vuelta atrás, pensó notando el semblante de su hermana iluminarse al reconocer ciertas calles.

El auto recorrió un par de kilómetros más hasta llegar a la reserva donde se toparon con la casa en la que solían vivir con su familia. Nazaret observó encantada las casas coloridas, los arboles altos con abundantes hojas en sus ramas que rodeaban su hogar dando cierto toque rústico.

Rachel aparcó el auto frente a la casa naranja, quito las llaves y las guardó en el bolsillo de su chaqueta de mezclilla. Se recargó en el volante e intercambio miradas con su hermana menor quien estaba igual de emocionada y nerviosa que ella.

—¿Lista?— preguntó elevando una de sus cejas y sonriendo ampliamente. Nazareth tomó una gran bocanada de aire para después asentir.

Las dos bajaron del auto, sintiendo el viento fresco golpearles el rostro, la menor Black sonrió cuando su piel se erizó. Quito un par de mechones de cabello rebeldes de su cara que no le permitían ver y sonreía ampliamente al percatarse del cielo nublado sobre sus cabezas.

Adoro los días nublados, pensó con entusiasmo.

—¡Rachel! ¡Nazareth!— exclamó una voz masculina detrás de ellas.

𝐂𝐇𝐀𝐎𝐒 | 𝐄𝐝𝐰𝐚𝐫𝐝 𝐂𝐮𝐥𝐥𝐞𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora