Capítulo 1

1.7K 58 0
                                    

Habían pasado 2 semanas desde el entierro de Sara, la primera esposa de Daniel.

Julián y Sergio, sus hijos, estaban muy dolidos y enojados con su padre por el daño que le causo a su madre. Ellos creían que su papá era un marido ejemplar pero no, escucharon los gritos proveniente de la habitación principal, escucharon como Sara le reclamaba el serle infiel con una tal Vivian, escucharon el sonido de la puerta cerrarse y el ruido del auto en marcha. Pensaban que su mamá iba a dar una vuelta o ir a casa de su abuela hasta pensar que hacer, nunca se imaginaron que ella iba a lanzarse al río.

Le reclamaron y le echaron la culpa de todo a su padre, pero a él pareció no importarle. Salía todos los días y regresaba feliz a su casa, no le importaba ni ver mal a sus hijos, que se sentían abandonados. Parecía que la muerte de Sara fue su total liberación.

Un miércoles lluvioso se reunió por primera vez desde la muerte de su mujer a desayunar junto a sus hijos. Reinaba el silencio.

– ¿Cómo les esta yendo en la facultad? – Daniel intentaba sacar un tema de conversación con sus hijos, hace dos semanas que no se dirigían la palabra.

– No estamos yendo. Decidimos tomarnos este año y regresar el próximo – le contestó con frialdad Julián, el mayor.

– Oh, de acuerdo. Están pasando una situación difícil, tómense el tiempo que deseen, saben que no les va a hacer falta nada nunca – Daniel siempre creía que con dinero y lujos podía llenar las faltas.

– Por supuesto que estamos pasando una situación difícil, falleció nuestra madre por culpa de nuestro padre que encima no puede hacerse cargo de sus hijos – le reclamó Julián.

– Yo me hago cargo de ustedes, son mi vida, sé que nunca pude compartir mucho tiempo pero saben que es por que me desvivo trabajando para brindarles la vida que merecen, una vida de reyes y que ni vos ni tú hermano tengan que mover un dedo – respondió un tanto frustrado Daniel.

– Como digas – intervino por primera vez Sergio en la discusión de su padre y su hermano.

– El dinero y los lujos no alcanzan para compensar toda la falta que nos hiciste siempre – Julián era obstinado y no iba a dar su brazo a torcer. Sergio, apoyaba a su hermano, opinaba igual, pero a diferencia de él, no le gustaba discutir con Daniel y prefería ignorarlo.

– Quiero decirles algo, por eso me quede no fui al trabajo hoy – Sergio y Julián intercambiaron miradas, tenían una leve idea de donde podría venir el asunto y no les gustaba para nada.

– ¿Vas a oficializar tu relación clandestina? – pregunto con asco su hijo mayor.

– A la tarde va a venir Vivian, se muda aquí, con nosotros – esto era peor de lo que imaginaban sus hijos, que no pudieron aguantar su disgusto y enojo.

– ¿Vas a traerla a vivir en la casa de mamá? – grito Sergio indignado, esto ya no podía soportarlo.

– Es mi casa – remarco Daniel – nuestra casa, ustedes son mis primogénitos, nunca fue casa de Sara – su padre era muy cruel algunas veces.

– Esto es el colmo, ni un mes paso y ya vas a traer a tu amante – Julián se levanto furioso – perdón, a tu novia, futura esposa supongo.

– Te exijo que la respetes, vas a tener que acostumbrarte a vivir con ella – lo reprendió Daniel.

– Me exiges respeto cuando tú no respetaste a nuestra madre – su hijo mayor vio a su hermano al punto del colapso y supo que era mejor callar y no enfrentarse a su padre ahora, no cuando su hermano lo necesitaba entero.

– Va a llegar esta tarde junto a su hija, espero que las reciban bien y las hagan sentirse cómodas – dijo Daniel dando por finalizada la discusión.

Genial, encima la víbora tenia una hija, lo que les faltaba. Pensó Julián.

Una intrusa en la familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora