Capítulo 5

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Julián compartió una linda noche junto a su amiga Paula, se divirtieron, se distrajeron y en toda la noche no pensó en su familia. Lo que tanto necesitaba.

Al otro día, desayunaron juntos en la humilde casa de ella y fueron a reunirse con el resto de los chicos que estaban en la plaza del barrio de ellos.

Paio estaba molestando a Bianca, como siempre, los demás estaban sentados en un banco tomando mates, Juli y Pau se unieron a ellos.

– ¿Qué tal su noche? – preguntó con picardía sentándose al lado de su amigo.

– Exhaustiva – le contesto en el mismo tono Paula, Juli solo rió.

– ¿Qué paso ayer en tu casa? No se te ve muy bien Juli – Bianca estaba muy preocupada por su amigo, ella era a la que él consideraba íntegramente su amiga, con la única que no tuvo algo, la veía como una hermana mas bien.

– Se mudaron la arpía mayor y menos – contesto simplemente él tomando un mate que le había pasado Bruno.

– ¿Eh? – Paio estaba desconcertado, no entendía lo que su amigo quería decir – Estaría para que te expliques, te vemos mal y para ayudarte tenemos que saber qué es lo que está sucediendo.

– Mi papá trajo a casa a su amante, a esa mujer con la que engaño por años a mi mamá. Los dos culpables de su muerte viven conmigo – se rió en seco Julián por la ironía de la situación.

– No puedo creerlo, no puede ser tan basura – Kevin pensó en voz alta y todos estuvieron de acuerdo con él.

– Encima tiene una hija, de mi edad – acoto Juli.

– ¿Tu papá o a la amante? – pregunto Paula alarmada.

– La bicha de Vivian, pero... - él respiro y pensó bien si decirlo o no, eran sus amigos, podía confiar en ellos – con Sergio pensamos que tal vez también es hija de nuestro padre, no sabemos cuántos años lleva con esta mujer.

– Por cómo se esta manejando en todo tu viejo, es una opción factible – Juli miro a Bruno – sea como sea vamos a estar apoyándote amigo, a tu lado en lo que necesites.

– Lo sé, gracias, a todos – Paula y Paio que estaban sentados a los lados de Julián lo abrazaron.

Sergio se levanto en la mañana furioso por tener que compartir el desayuno, su momento sagrado del día, con las víboras. Se baño, se vistió y bajo hasta el comedor donde ya estaban Daniel y Vivian.

– Hijo, vení sentate con nosotros, ya baja Mica – Sergio solo rodó los ojos y con sabor amargo se sentó al lado de su padre mientras una de las mucamas le servía café.

Inmediatamente después Micaela llego y saludo con un beso a todos, eso molesto a Sergio que no pudo disimular su disgusto, el hecho de que ella pareciera buena lo fastidiaba porque se le complicaba su misión de odiarla. Ella noto la molestia de su hermanastro y la hizo sentir incomoda y decidió en ese instante que de ahí en más iba a tomar el desayuno en la cocina, era lo mejor para todos. No quería que nadie se sintiera perturbado por su presencia en esa casa, ella solo era una intrusa para los hijos de Daniel y lo entendía.

Una intrusa en la familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora