Capítulo 12

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Perla acudió a los gritos de Florencia y junto a Pedro, el chofer, la llevaron al hospital. Justamente en la guardia estaba el papá de Flor, por lo que la atendió en el acto.

– Tiene una fractura bastante delicada en el antebrazo – dijo el doctor Vigna viendo la radiografía – vamos a tener que enyesarlo por un mes aproximadamente – Mica gimoteo, ella era fuerte pero realmente el dolor la estaba matando - ¿qué fue lo que pasó?

– Me caí por las escaleras, soy tan torpe – hablo rápido Micaela para evitar que Florencia dijera lo que de verdad paso.

– Bien – dijo no muy convencido el doctor – voy a buscar a la enfermera para que te enyese cuanto antes y voy a recetarte unas pastillas para el dolor.

– Muchas gracias – intentó sonreír un poco Mica.

– ¿Porqué no dijiste la verdad? Julián merece un castigo – hablo Flor cuando su papá se retiro.

– Lo sé, pero Daniel no se lo merece – Florencia asintió dudosa – por favor, no le digas a nadie lo que paso.

– Esta bien, solo porque vos lo deseas así – Mica le agradeció y ambas se abrazaron.

La enfermera le enyesó todo el brazo izquierdo mientras Mica pensaba que ese estado no iba a poder valerse por si misma. Entro Daniel en la sala donde ella estaba junto a Flor, la saludo y se dirigió a Mica afligido.

– Intenté llamar a tu mamá pero no logré comunicar. ¿Qué paso? – Micaela conoció a Daniel cuando tenía 4 años, de ese momento él fue como su padre, cuando ella necesitaba algún consejo acudía a él antes que a su propia madre.

– Me caí por las escaleras, por suerte estaba Flor que me ayudo y con Perla y Pedro me trajeron acá – Mica casi no podía hablar del dolor que sentía, tanto física como emocionalmente, le dolía como la trato Julián, le dolía el saber lo que él sentía hacia ella, le dolía que él fuese capaz de dañarla.

– ¿Mis hijos? – preguntó inocentemente él, ambas chicas se miraron.

– No estaban – contestó finalmente Flor, cubriendo la mentira de Micaela.

Después de que el doctor le medicara para que no sintiera tanto dolor, Micaela volvió a la casa con Daniel.

Apenas llegaron, Sergio bajo para ver que había pasado, él sabía que se había portado mal, sea lo sea, esa chica no se merecía el trato que le dio él y mucho menos su hermano le habían dado.

Ella lo miró con odio y él agacho la cabeza.

– Hijo, Mica se cayo por las escaleras – Sergio observo a Mica e internamente se preguntó porque habia mentido por ellos - ¿Por qué no la acompañas a su habitación mientras yo le pido a Sandra que le prepare algo para comer? – su hijo menor asintió culpable, aunque él no fue quien le hizo eso estuvo presente y no hizo nada para detener a su hermano mayor.

– Puedo ir sola, gracias – dijo fríamente Mica mientras pasaba por al lado del menor, sin embargo él la siguió.

– Lo siento, tendría que haber intervenido – se disculpo el joven.

– Solo sos un cobarde que sigue a su hermanito mayor por más equivocado que este – le contesto la rubia de mal modo antes de entrar a su cuarto y cerrarle la puerta en la cara.

Mica no podía dejar de llorar, ni siquiera pudo comer lo que le alcanzó Perla que le había preparado especialmente Sandra para ella. Cuando Daniel subió a verla fingió estar bien, pero al verla era muy notorio que ella estuvo llorando.

Recién después de la cena su mamá se acerco a ver como estaba.

– No creo eso de que caíste por las escaleras – dijo Vivian viendo fijamente a su única hija.

– Sabes de mi torpeza –

– También sé que por ese motivo sos muy cuidadosa – dicho esto se fue. Nunca fue una madre abnegada, ni cariñosa, ni demostrativa. Esto solo hizo que Mica llorara más.

Una intrusa en la familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora