Vínculos Imprevistos

3| Encuentro y Conflicto

- Voy un segundo al baño, ahora vengo - Dijo Martin tras sentir que le costaba coger aire debido a la tensión que había en la mesa.

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 El aire en el baño se espesó con la electricidad y la tensión de su encuentro, tenía que salir de allí si quería seguir viendo a su hermana. Martin, con la puerta del baño entreabierta, se encontraba frente al espejo, colocando su cabello con gestos nerviosos pero deliberados. Sus ojos se encontraron con los de Juanjo en el reflejo, y en ese instante, el tiempo pareció detenerse.

Juanjo, incapaz de resistirse a la atracción que lo consumía, avanzó lentamente hacia Martin cerrando la puerta tras él. Cada paso era un desafío a su autocontrol, pero la tentación era demasiado poderosa para ignorarla.

— ¿Qué estás haciendo? —preguntó Juanjo, tratando de ocultar el nerviosismo que bullía bajo la superficie.

- He venido a hacer lo que se hace en el baño, ¿qué voy a estar haciendo? 

- Sabes perfectamente a qué me refiero, Martin.

La piel de Martin se levantó debido a un escalofrío y supo en ese momento que tenía que salir de ahí si quería seguir vivo, si escuchar su nombre salir de los labios de Juanjo lo había puesto así, ¿que llegaría a pasar si fuesen más allá?

—Solo necesitaba... aire fresco —respondió Martin con la voz ronca debido al deseo reprimido.

Sus miradas se encontraron de nuevo, y en ese momento, las palabras se convirtieron en un eco lejano. La tensión entre ellos era palpable, un palpitar en el aire que los envolvía.

Martin sintió el corazón martillear en su pecho mientras Juanjo se acercaba más, su proximidad llenaba el pequeño espacio entre ellos con una tensión cargada de promesas sin pronunciar.

- ¿Y tú? - preguntó Martin, su voz era apenas un susurro cargado de anticipación.

Juanjo no respondió con palabras. En su lugar, su mano se deslizó suavemente por el brazo de Martin, enviando escalofríos de placer por su piel; Martin inhaló bruscamente, sus sentidos estaban abrumados por la cercanía de Juanjo.

El roce de sus cuerpos fue como una chispa que encendió un incendio. Martin se sintió consumido por una ola de deseo mientras Juanjo acortaba la distancia entre ellos. 

El menor tenía la vista nublada y no veía nada más que el deseo y las ansias de besarlo, besar al Juanjo del pasado, sin saber que ese chico ya estaba pillado, pillado por su hermana.

- ¿Qué me estás haciendo, Martin?

- No estoy haciendo nada, Juanjo.

- Para, por favor. Si dices mi nombre una vez más juro que voy a besarte como nunca te ha besado nadie.

- Hazlo, Juanjo.

Juanjo se acercó más a Martin, inclinándose hacia él, dirigiendo sus ojos hacia sus labios y posando su mirada en ellos más tiempo del debido mientras se relamía los suyos. 

Cuando Juanjo se acercó dispuesto a darle ese beso que tanto había ansiado recibir, Martin se separó de él empujando su pecho contra la pared y saliendo del baño, cogiendo el aire que tanto le había faltado ahí dentro.

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Después de acabar en la habitación de su hermana abriendo la ventana y respirando hondo, Martin bajó las escaleras y se sentó con Ainara aparentando normalidad y fingiendo una sonrisa, esas que él fingía tan bien desde que era pequeño.