En una preparatoria de Japón, acompañado de un cielo naranja, dos figuras salían de un campo de entrenamiento.
—Nanao-san, ¿quieres que vallamos juntos?—pregunto un chico
—Claro, Katase-san-dijo la chica
Estos eran Akane Nanao y Shouya Katase, quienes salían del club de beisbol.
Ambos caminaban mientras hablaban sobre cosas de club, hasta que, al momento de pasar por una esquina, Shouya choco con alguien, lo que lo tumbo al suelo.
—(¡auch! ¿una pared?) Lo sien...
Shouya no termino lo que iba a decir al ver con quien choco. Delante suya había un joven rubio, alto y fornido, con rostro serio.
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—!Perdóname, Wesker-san¡—pidio Shouya con miedo
Akane, al verlo, un pequeño sonrojo se hizo presente en su rostro y rápidamente tomo un poco de distancia de Shouya.
Albert Wesker vio al chico con desdén y simplemente se fue sin decir nada.
—¿Estas bien?—pregunto Akane, algo preocupada
—Si, Nanao-san-dijo levantándose—, eso fue aterrador
—Si...—respondió akane para ver la espalda de Wesker
Ambos retomaron su camino.
—*suspiro*Que bien que no enoje a Wesker-san. Con los rumores que se carga seria mi fin
—¿rumores?
—Si, oí que golpeo de manera brutal a los delincuentes de la escuela y que no va a clases. Creo que también es un delincuente.
Al terminar de decir esto Shouya vio a Akane que tenía un rostro pensativo.
—¿Pasa algo, Nanao-san?
—!¡ No, no, solo pensaba en ese rumor...
Shouya lo vio un poco preocupado, pero dejo eso de lado para seguir su camino.
Al día siguiente
Akane caminaba por los pasillos de la prepa con un táper en mano. ¿Su destino? el salón de microbiología. Al llegar vio a Albert, el rubio estaba trabajando con el microscopio.
Akane se acercó a la puerta con la intención de entrar, pero sus nervios no la dejaban.
—(Vamos, Akane, hoy es la vencida. Entra y habla con él)—se dijo así misma en su mente
De su bolso, tomo un pequeño espejo y se vio en él, soltando una pequeña risita así tomando confianza para entrar.
