Prólogo

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Me encontraba en mi habitación realizando algunas fotografías de algunos productos que pondría a la venta, me dedicaba a realizar joyeria y algunas prendas de ropa, estudie diseño de modas en Londres y apenas hace un año había vuelto a la ciudad, mi padre me recibió con mucho cariño y amor, fue por mi al aeropuerto y llegamos rápido a casa, no podía creer que después de casi 8 años me encontraba por fin en Phoenix, extrañaba mi ciudad, aunque a decir verdad todo el tiempo que vivi aquí fue encerrada en casa, papá era un poco paranoico y no me permitía salir, incluso tome clases particulares toda mi vida, prácticamente era una alma solitaria, me era tan complicada la vida cuando me fui a Londres, sufría mucho para socializar, no tenia grandes temas de conversación y es que ¿que temas de conversación va a tener una persona que estuvo encerrada mas de la mitad de su vida en una casa? Tenia tan solo 26 años y no había vivido nada, siempre estuve protegida, ni siquiera tenia acceso libre a internet y si me lo preguntan, jamás entendí porque no hice nada por revelarme a todo esto, simplemente no me molestaba, mi burbuja era sana y estaba en un ambiente controlado.
Después de terminar las fotos, decidí bajar al primer piso, ahí estaba mi papá, leyendo el periódico como todos los dias, en cuanto me escucho, volteo a verme y sonreí, él también me sonrió
—Hijita! Esta casa extrañaba tu presencia - le dijo levantándose del sofá y abrazándome, yo le sonreí
—Papi, ¿podemos salir? - pero el negó, ahora que había estado en Londres había probado lo que era por lo menos salir a tomar un cafe y no planeaba quedarme encerrada de nuevo en Phoenix, quería vivir, quería conocer, escuche que tocaron la puerta y mi papá no me dejo abrir, el se encamino a la puerta y abrió
—¿que haces tu aquí? - dijo enojado mi padre, yo me asome para ver con quien discutía y vi a una señora con algunas facciones similares a las mías, estaba llorando y se miraba algo desconsolada
—Tienes que ayudarme - lloro y mi papá la vio mal - Se llevaron a Lillian - mi papá abrió los ojos sorprendido ¿Lillian? ¿Quien era Lillian?
—¿como que se llevaron a Lillian? - dijo mi padre enojado - ¿quien? Seguiste en ese ambiente! Por eso me aleje de ti! - le recriminó mi padre, ella me volteo a ver y su mirada fue de asombro
—es idéntica - me abrazo - eres idéntica a mi Lillian - yo me quede estática no estaba entendiendo nada ¿quien demonios era Lillian? - tienen que ayudarme - dijo ella llorando - nadie sabe donde esta Lillian, pero se que si ella se hace pasar por Lillian salvara su carrera - se limpio las lagrimas
—¿su carrera? - dijo mi papá molesto - no te importa donde esta Lillian! - le recriminó- solo no quieres que se acabe tu mina de oro - le grito
—¿que esta pasando? - dije sin entender nada
—Pasa que alguien se llevo a tu hermana Lillian - dijo esa señora llorando
—No, no entiendo - titubeé abrazándome a mi misma
—¿que no entiendes niña? - me dijo la señora algo desesperada - este - apunto a mi padre - te separo de mi al nacer, te llevo con el y me dejo solo con Lillian, tienes una hermana gemela niña! - yo la mire estupefacta, ahora tenia sentido porque mi padre no me dejaba salir, porque no quería que viera las redes ni que tuviera cuentas, era porque podía toparme a mi hermana - ahora tú vendrás conmigo - me jalo del brazo y mi papá me puso tras el
—Ella no ira a ningún lado! Resuélvelo tu, lamentable que no me pude quedar con ambas cuando nacieron - negó con la cabeza
—Ella ira, porque estoy segura que quiere ayudar a su hermana, ademas, si ella no va, te voy a meter a la cárcel por robo, dire que me robaste a la niña cuando era una bebé - mi padre negó y entrecerró los ojos
—No lo harías - dijo y la señora lo vio retadora mente
—No me obligues
—Bien - le dije - iré, te ayudare, pero cuando encuentren a Lillian me dejaran en paz con mi padre nuevamente - dije firme, la señora asintió y mi padre tomo mi brazo - estaré bien, ademas no voy a permitir que vayas a prisión - lo abrace y salí con la señora de mi casa, dispuesta a hacerme pasar por mi hermana gemela

Mi hilo rojo || Cesar Parra ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora