Según cuenta la leyenda que los viejos marineros cuentan en las tabernas del reino, Alteria, que hace miles de años en estas tierras habitaban enormes criaturas que sobrevolaban los cielos, tenían dos enormes alas, un aliento calcinante, ojos color ámbar tan intensos como una puesta al atardecer junto a unas fauces llenas de colmillos afilados los cuales habitaban esta montaña mucho antes de que se convirtiera en el reino que hoy en día conocemos como Alteria.
Se dice que en estas tierras habitaban no sólo los reyes del cielo sino seres con dones y criaturas sobrenaturales los cuales nadie se atrevería a desafiar si realmente existieran. Los reyes del cielo eran los más difíciles de ver ya que se dice que si existieron aunque en lo que llevo de vida jamás he visto uno, mi hermano Shane, hijo primogénito con sucesión al trono de mis padres me contaba muchas veces la historia de un pequeño dragón que salvo al mundo pero como todo cuento solo era una leyenda más que formaban parte de los archivos del reino.
Me encontraba bajando las escaleras del castillo en plena noche con el más mínimo sigilo para no ser descubierta por mi hermano o por los guardias que mis padres tenían esparcidos por el castillo para defenderlo de cualquier ataque enemigo que se presentase, una vez baje aquellas escaleras hechas de mármol, me dirigi al pórtico principal cogiendo aquella manija en forma de arco la cual estaba hecha de acero inoxidable para así luego salir del castillo sin ser descubierta gracias a la capa de color negro que llevaba la cual me ayudaba a esconder mi silueta en la oscuridad mientras me dirigía al único lugar donde sabía que podría ser yo misma, "El dragón escarlata", una taberna la cual solía frecuentar para liberarme de aquellas normas que debía de obedecer al ser una princesa, la cual según mis padres tengo que ser una princesa ejemplar por si mi hermano Shane declinara la corona y me tocará suceder el trono si el no aceptase convertirse en rey.
Durante mi recorrido hacia aquella taberna, pensaba en que muchas veces aquellos enormes muros de piedra en los que nací no eran mi verdadero hogar, desde que era muy pequeña siempre había sentido que el castillo no era realmente mi hogar y que mi verdadero hogar estaba ahí fuera, en alguna parte pero no sabía donde exactamente estaba aquel lugar. Mientras caminaba en dirección a la taberna escuche en la lejanía como una especie de rugido o gorgoteo venir de alguna parte creyendo que era sola una simple ave común de las tierras de Alteria, a lo cual decidí continuar mi camino pero ahora con la sensación de que algo me acechaba desde la lejanía después de escuchar aquel sonido.
Una vez llegue a la taberna me acomode en el taburete de madera enfrente de la barra mientras mi mejor amigo, Kai, limpiaba una de las muchas jarras de cristal que descansaban en la balda que había justo encima de el mientras escuchábamos el folclore de los marineros que no hacía mucho volvieron de investigar los grandes secretos del mar de Alteria a lo cual prestaba atención, por mera curiosidad.
- Se de lo que hablo - comento un marinero grande y fornido mientras terminaba lo que quedaba de cerveza en aquella jarra de cristal - en mitad de nuestro viaje apareció una enorme bestia alada de un color tan oscuro como el carbón, sus ojos eran de color rojizo y su aliento lanzaba llamas a voluntad calcinando nuestras flotas y llevándose nuestras redes y reses que transportabamos.
- ¿Te refieres a los dragones? - Le pregunto por curiosidad a aquel hombre el cual me miro fijamente clavando sus oscuros ojos verdosos en mi.
- !!Si!! - grito aquel hombre el cual hizo que tanto Kai como yo saltaramos en nuestros sitios - esos seres son despiadados y sin sentimientos, jamás había visto uno como aquel dragón con el que me encontré pero se que debía medir 8 metros de altura, sin duda... Una bestia alada gigantesca de rugido estridente y garras mortales con un aliento aterrador - me comentó aquel hombre mientras me observaba a la vez que yo analizaba lo que el acababa de contar.
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Huellas de Dragón
Random" Se cuenta una vieja historia que los que naufragan por el mar han podido contar, se cuenta que en uno de aquellos viajes aparecieron unas enormes bestias aladas con el poder de destruir y convertir todo en ruinas y fuego a su voluntad, muchos mari...