Probablemente haya muchos datos erróneos en este shot, pero el correo anda paseando mis libros por media Argentina y todavía no pude leer nada. Y las películas no tienen data suficiente...
Así que le mandé fruta.Película: El señor de los anillos.
Cuando la comunidad del anillo fue forjada, lo último que el grupo de hombres esperaba es que una mujer humana quisiera unirse a ellos.
Pero la guerrera era impecable, sin dudas su ayuda sería de gran valor.Al principio fue algo raro, sentían que debían comportarse, ser "educados".
No les tomó mucho entender que la mujer era una más de ellos, que no debían aparentar.Era muy cariñosa, maternal. Y el cuarteto de hobbits se había ganado su corazón. En especial el duo revoltoso.
—No les grites.—
—Pero este par de mensos nos costaron un conejo.—
—Te traeré tres si quieres.—
Gimli miraba molesto al par de hobbits refugiados tras la mujer, quien tomaba su arco y miraba vagamente el lugar.
—¿Podemos ir contigo?—Merry la miró emocionado—. Enséñanos a usar un arco.—
—En marcha, pequeñines.—
Legolas miraba con curiosidad como la mujer abrazaba por el cuello al par de hermanos y se perdían entre los arbustos.
—Los sobre protege mucho.—soltó al aire, pero Aragorn lo llegó a escuchar.
—Estoy seguro de que le recuerdan a los hermanos que le han arrebatado.—
—¿tenía hermanos? Nunca habla de ello.—
—Tal vez se acuse a los enanos de codiciosos, pero los hombres no se quedan atrás... El pueblo de ____ poseía tierras fértiles, otro reino las quería.—
—¿Qué reino?—Gimli se unió a la charla, notando que Aragorn miraba vagamente al otro humano a unos metros.
—Más que un reino, un rey.—
Un silencio algo raro los rodeó.
—Bueno, mejor no me meto con ese par de niños...—Gimli siguió avivando la fogata.
~•~
—¿Necesitas flechas?—
Legolas levantó la mirada de su arco, encontrándose con ____.
—Les enseñé a los chicos a fabricarlas, salieron bastante buenas.—le mostró una—. No sé si alcanzan la gloria de unas flechas élficas pero las cabezas de los orcos no discriminan.—
El elfo la tomó, notando que las plumitas del cabo eran de un color azulado bastante peculiar.
—¿Y estas?—
—Arrendajos, el ave característica de mi gente.—por el rostro de Legolas, ____ supo que no sabía de qué hablaba—. ¿Nunca viste uno?—
—¿Es raro decir que en todos mis años nunca he visto uno?—
—... Me preocupa preguntar cuántos años tienes.—aquello lo hizo sonreir—. Bueno, mi príncipe... Los arrendajos son aves que habitan mis tierras, cuando quieras, eres bienvenido a visitarnos.—
—Lo haré entonces... ¿Te parece si probamos estas fechas?—
~•~
—¡No me pondré eso!—
—El suelo esta congelado, se lastimarán los pies ¿Prefieres esto o que te cargue?—
____ luchaba con los hobbits para poder cubrir sus pies, pues el suelo helado se pegaba a la piel llegando a ser muy doloroso.
Los hombres reían a gusto al ver como la mujer los regañaba como una madre, forzándolos a cubrir sus pies desnudos con pieles de conejo.—Solo serán unos minutos, Pip. Sé que no es agradable, pero no quiero que se lastimen.—
—No son bebés.—Boromir los miró algo cansado—. Solo tercos y tontos.—
—... No te metas donde no te incumbe.—respondió ____ mientras finalmente cubría los pies de sus amigos.
—¿Qué?—
—Oíste bien, traidor.—
—¿¡Cómo me dijiste!?—
—Pregúntale a tu padre el loco, idiota.—
Cuando el hombre arremetió contra la mujer, Legolas tuvo la intención de interferir, pero no fue necesario.
____ descolgó aquella espada larga extraña de su espalda, golpeando con el mango los pies de Boromir haciéndolo caer.—Mantén la distancia, imbécil... Tú y yo no somos amigos. No después de lo que tu padre hizo...—
Para Legolas no fue necesario preguntar. Las palabras de Aragorn llegaron a sus pensamientos.