Corazón en fuga

X.- Siguiendo el Camino de las Señales

El sol se filtraba a través de las cortinas entreabiertas, pintando la habitación de Uzi con rayos dorados que contrastaban con las sombras de la noche que aún persistían en algunos rincones. El canto lejano de un gallo recordaba que el mundo ya estaba despierto, pero dentro de la habitación, Uzi y N aún disfrutaban de los últimos momentos de sueño.

Con cuidado de no perturbar el sueño de N, Uzi se deslizó fuera de la cama, sintiendo aún el calor en su cuello donde las suaves mordidas de N habían dejado su marca la noche anterior. Se estiró con pereza y bostezó, cubriéndose la boca con la mano para amortiguar el sonido.

Dirigiéndose hacia el espejo, Uzi se enfrentó a su reflejo y no pudo evitar sonrojarse al ver las marcas grises y negras en su cuello. Las marcas eran un recordatorio vívido de la pasión compartida con N unas horas antes. Con un suspiro, se vistió con cuidado, consciente de las marcas que llevaría consigo durante el día.

Uzi salió de la habitación con cuidado, procurando no hacer ruido para no perturbar el sueño de N. Se encaminó hacia la cocina, con la determinación de preparar algo para desayunar o al menos ver qué había disponible en la despensa. Aquel día, estaba decidida a retomar la investigación después de haberse tomado unos días de descanso para recuperarse de los acontecimientos recientes.

Una vez en la cocina, Uzi comenzó a revisar los armarios y la nevera en busca de algo para preparar. Después de un breve vistazo, decidió qué preparar y comenzó a preparar su desayuno.

Mientras Uzi preparaba el desayuno tranquilamente, N comenzó a despertarse lentamente, notando la ausencia de Uzi y el vacío en la cama donde solía estar ella. Al darse cuenta de que ya no sentía su calor reconfortante cerca de él, abrió los ojos con curiosidad y se sentó en la cama, frotándose los ojos para despertarse por completo.

N se estiró, sintiendo los músculos relajados después de una noche de sueño reparador. Miró a su alrededor, notando la ausencia de Uzi en la habitación. Con curiosidad, se levantó de la cama y salió de la habitación en busca de ella.

Siguiendo el aroma del desayuno, N se dirigió hacia la cocina, donde encontró a Uzi preparando algo para desayunar. Se acercó a ella con una sonrisa de saludo.

"Buenos días, Uzi", dijo N con voz suave, notando la expresión concentrada en el rostro de Uzi mientras cocinaba. "¿Qué estás preparando?".

Uzi levantó la vista, sorprendida por la presencia de N. "¡Buenos días, N!", respondió con entusiasmo, devolviéndole la sonrisa. "Estoy preparando un desayuno ligero. ¿Te gustaría unirte?".

N asintió con agrado, sintiéndose agradecido por la oferta de Uzi. "¡Claro, me encantaría!", respondió con entusiasmo, acercándose para ayudar en lo que fuera necesario.

Juntos, compartieron un desayuno tranquilo, disfrutando de la compañía mutua y del tiempo juntos antes de enfrentar el día que tenían por delante.

Una vez que terminaron de desayunar, Uzi y N decidieron retomar la investigación que habían dejado de lado durante algunos días. Sabían que tenían mucho trabajo por delante, pero estaban determinados a descubrir la verdad detrás de los extraños eventos que habían estado ocurriendo últimamente.

Con una determinación renovada, se pusieron en marcha, listos para enfrentar los desafíos que les esperaban y para llegar al fondo de la misteriosa situación en la que se encontraban.

Mientras Uzi y N se preparaban para continuar con su investigación, Valery entró en la cocina con la intención de tomar una taza de café antes de comenzar su día. Sin embargo, al acercarse a Uzi, su mirada se detuvo en las marcas en el cuello de esta última.