｡Perfectamente Imperfecta｡ [Libro 1]

Capítulo Cuatro

Editado. Fecha: 18 de junio

Mi mañana en el laboratorio no fue la mejor, y ahora sabrán por qué:

Arthur acabó con mi paciencia, como ha estado intentando hacer todos estos días. Juro por el todopoderoso que intenté contenerme, pero me sentí mejor cuando hice que su tarea de la mañana saliera mal, por lo que también parte del "experimento" y me sentí bien, hasta que Ryan se enteró y Marcus nos puso una penitencia a los dos.

Creí que todo acababa ahí, pero Arthur tenía que empezar a arruinar todo lo que hacía. Marcus me puso una segunda penitencia, ¡Solo a mí!

Y aquí estoy:

Leyendo un libro de dieciséis idiomas, para al final del día hacer una prueba que implicaba todos y cada uno de ellos

Lo odio.

Acepta que perdiste

Hija de pu-

—Jinny —Me llama mi pesadilla, con su "pose favorita"; apoyado en el marco de la puerta —¿Te diviertes?

Cínico e Idiota. ¡Joder!. Como lo odio. Pero odio aún más haber confiado en esa estúpida sonrisa

—Si, seguro que si —Le digo con una amabilidad más falsa que su expresión actual —¿No querrás comerte el libro y aprender tú aún más rápido?

El solo se ríe y yo solo me enojo más, estoy segura que dentro de poco exploto

—No gracias, suerte con eso —Señala el susodicho en mis manos —No te preocupes, tu mente y cuerpo está preparada para almacenar dicha y cierta información —Explica, o al menos eso intenta —Solo venía a decirte que logré que Marcus cancelara la penitencia

Levanté mi vista casi al instante. Mis ojos se abrieron con asombro casi brillándome

Nunca nadie logró hacer que Marcus, cancelara un castigo, ni el mismo Ryan, es algo sorprendente

Te lo dije, es el indicado

Pero espera... ¿Cómo?

Lo miré estupefacta unos segundos, esperé a que dijera que era broma o soltara una de sus cínicas risas

Pero no. Nada

—Esto... ¿Cómo lo has echo? —Pregunto curiosa

Se hacerca a dónde estoy y se sienta frente a mi no sin antes darle vuelta a una silla sentándose con su cabeza y brazos apoyados en la parte de atrás

—No. Te. Importa. —Sonríe.

¡Idiota, idiota!

Ja ja ja ja, que bien me cae este chico

¿De que lado estás?

Del tuyo seguro que no

—Ahora vámos —Quita el libro de mis manos y lo tira a un lado, jalándome, literalmente con el —Tengo sueño