𝘟. 𝘌𝘴𝘵𝘦𝘣𝘢𝘯 𝘒𝘶𝘬𝘶𝘳𝘪𝘤𝘻𝘬𝘢

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Esteban y vos se besaban mientras golpeaban las cosas cuando caminaban

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Esteban y vos se besaban mientras golpeaban las cosas cuando caminaban.

Eso debería ser un salón de fiestas para celebrar el cumpleaños de Fran, no un motel con ustedes dos follados como dos conejos en celo.

–¿Alguna vez te he dicho que me encanta cuando llevas vestido?– Esteban dijo poniéndote contra la pared y levantándote, sujetándola a su cintura
–tengo ganas de comerte desde que llegamos–

Era posible escuchar a la gente en la parte inferior del evento. La risa de Enzo, los gritos de Matías, Fran diciendo que la "ronda de la noche era por su cuenta".

–Todavía no me has comido porque no quisiste–Respondiste a la provocación del hombre, y para acompañarlo, le mordió el cuello, haciéndolo gemir.

El lugar en el que estaban era muy pequeño. Tal vez era alguna habitación para guardar desorden y cosas así. La luz allí también era inexistente, solo podía ver la silueta de Esteban gracias a la luz del pasillo y las luces de los postes de afuera, que entraban por la ventana.

–Dios, Esteban– gemiste sintiendo a como pasaba los dedos por tu coño, todavía cubierto por la tela de las bragas.

–abrí la boca– Dijo sacando los dedos de allí y pasándolos por tus labios.

Mientras atacabas el cuello de Esteban, podías jurar que estaba mirando a un lado y casi riendo, pero lo dejaste pasar. Este hombre realmente tenía la costumbre de volverse loco por una erección.

De manera inesperada, Kukuriczka se sacó la polla bajando los pantalones y la ropa interior, te firmó en su regazo y finalmente, entró en ti fuerte.

La sensación era única. Era como si se hubieran hecho el uno para el otro. Su coño tragaba su polla y la apretaba, causando escalofríos en él.

–Eso va, gime para mí–Dijo en su oído

Por alguna razón Esteban parecía diferente. Su arrogancia y su encanto eran más fuertes. Se metía en ti como si quisiera hacerte perder la conciencia y la capacidad de caminar.

Gemías, le arañabas el cuello y apretabas al argentino.

–Te gusta, ¿verdad?–Sonrió de lado y te tiró del pelo haciéndote gemir de dolor y placer  –Te gusta cuando soy yo jodiéndote–

Perdida en el placer fue su turno de mirar a la puerta. Y cuando lo hizo, su barriga se congeló.

Enzo estaba parado a la vuelta del pasillo, mirándoles a los dos como un joven adolescente cuando ve porno por primera vez.

Gracias a la luz no era capaz de ver, pero sus ojos brillaban. Parece contener los gemidos, y las manos estaban inquietas.

Esteban te sostuvo la cara y te sacó de su regazo, haciéndote lloriquear.

–Shhh, date la vuelta– Te tiró y te dio la vuelta haciendo que quedaras con el culo empinado.

El mayor le dio una fuerte bofetada y poco a poco fue poniendo su polla en su coño mojado

Ahora todo tenía sentido, ese era el pequeño espectáculo egocéntrico de Esteban para Enzo.

Una vez más, volvió a meterse en ti. Sus gemidos eran fuertes, y seguro que Enzo podía escucharlos a la perfección.

Para mejorar el rendimiento, giraste tu cara y gimiste mirando a Enzo. Si podía o no ver bien tu rostro, era cuestión suya.

Pero la silueta de Esteban metiéndose en ti, los dedos del argetino clavados en tu culo, y por supuesto, tus fuertes gemidos eran el contenido al que Enzo tenía acceso total.

En la cabeza de Vogrincic eso estaba mal. Ver a su amigo y a su novia teniendo sexo fue una inmensa invasión de la privacidad. Pero, ¿y para ti y Esteban?

Eso era perfecto. La oportunidad de mostrar su pequeño espectáculo a alguien, y quién sabe, un día tener a alguien que les quiera hacer compañía




































Volví después de tanto, aprovechó para agradecerles las 10k de lecturas muchísimas gracias. Tengo otros 2 one shots preparados pero me falta terminarlos, capaz hoy allá otro más a la noche, nada eso. Gracias por leer 🫶🏻🫶🏻

one shot's | 𝗖𝗔𝗦𝗧 𝗟𝗦𝗗𝗟𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora