Fase 4. Anhelo de ti

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-¿Estás seguro Lucius? 

-En realidad no -se abanicó con rapidez-. 

-En aquella recepción se encontrará tu padre Lucius, que tal sí...

-Cállate Regulus, sueles ser ave de mal agüero. 

Severus solo escuchaba sin ánimo, ese día no había dormido casi nada, Lucius y Regulus lo trajeron bailando y recordando algunos modales que tendría que utilizar para el dichoso evento. Así que literalmente no contaba con la batería social suficiente ni tan siquiera para dar un argumento con sarcasmo e ironía. Así de agotado se encontraba. 

Como le encantaría que el tiempo pasara y de pronto estuviera graduándose... se imaginaba caminando por grandes senderos en alguna parte del mundo donde estuviera solo, con tranquilidad absoluta y todo el tiempo para hacer lo que le diera la gana. 

No estar como muñequito de aparador, ese ya era Lucius y próximamente el chucho. 

Daba gracias a Morgana que el maldito descerebrado empezara a sentir celos y los siguiera cada que podía. Era ya aburrido tener su vista encima de él cada rato. Si quería su lugar debería apresurarse y dejarse de andar de rodeos. 

-Anda Severus aún no falta la prueba de peinado y vestido... a que no se me olvide, el calzado también. 

-Piedad, que alguien se apiade y me lleve -murmuro harto-. 

-Severus recuerda que debes elegir uno donde contraste o vaya a juego con el mío... llevaré el cabello recogido... y debes... no olvides... un poco más... respira... 

Y Severus de pronto desapareció. 

. . .

Cayendo del techo aterrizo en una habitación cómoda, vacía y con un cálido silencio. No sabía donde estaba, pero de algo estaba seguro preferible estar aquí que seguir con esa farsa, por lo que restaba del día. Así que acomodándose, subiéndose a la cama, quedándose en medio, se propuso a descansar. 

. . . 

-Remus ya te dije que no deseo ir a ese evento -reprocho una vez más en lo que va la tarde-. 

-Tienes que ir, recuerda que tu hermano no tiene por qué llevar tus responsabilidades, sé un adulto, por lo menos una noche, bestia. 

-¿Bestia? Mis risos no se asemejan a un nido como para que me llames así Lunático. 

-Pues entonces compórtate como un caballero, que fuiste educado para ser uno, así que deja tus tontas excusas. 

Le daba igual realmente como lo estaba nombrando, por supuesto que fue educado para ser un caballero, pero no se encontraba de humor, de solo pensar e imaginarse en que dicho baile vería a la parejita tan acaramelada como solía pasearse y dar muestras de su romántico amor le causaba náuseas y un profundo hueco en su pecho que le hacía tener una pelea interna que hasta el momento no sabía como calmar. 

Suficiente tenía con soportar al haber caído tan bajo de seguir en incógnito a Severus cada que se le despegaba a Lucius. 

Es más... ¿En qué maldito momento empezó a llamarlos por sus nombres de pila? ¿Acaso ya había perdido el poco sentido común? ¿Habrá muerto y él ni enterado? ¿Entonces porque escuchaba los regaños de Remus...? 

Lovin' So Hard - JeverusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora