《Capítulo 5》

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- Esto es inaudito _comenta Camille

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- Esto es inaudito _comenta Camille. 

La familia se hayaba reunida en el comedor para la hora del desayuno.

- Aura se ve terriblemente mal con esos harapos, querido _insiste.

- No voy a discutir con nadie sobre esta decisión _afirma el contrario.

- No importa, madre, ya entendí que esto es a lo que he de limitarme desde ahora _responde la rubia, antes de ponerse de pie_ Con permiso. 

La joven salió del comedor con pasos firmes.

- ¿A donde crees que vas, señorita? _cuestiona el adulto al verla dirigirse hacia donde esperaba el auto que solía llevarla a la escuela.

- A donde sea que quede este colegio o lo que sea, padre _responde con algo de sarcasmo.

- Exacto, entonces no necesitas del chófer _afirma levantando una ceja_ llévate a Danielle a la preparatoria _indica al conductor_ Aurora usará otro medio de trasporte.

- Si, señor _responde el sirviente, cerrando la puerta del vehículo antes de ir a su lugar y arrancar.

- Pero padre... _reclama Aura, sin tiempo a continuar.

- Esta es la dirección, no esta tan lejos si te das prisa _indica, entregándole una pequeña hoja de papel.

- ¿Querido, como pretendes que se vaya a pie hasta..? _interviene Camille, sin pensar mucho.

- Los niños de preescolar van solos a sus escuelas, desde sus hogares, no veo motivo para que ella no pueda, por eso elegí un Insituto que no estuviera tan lejos _decreta con severidad.

- Pero padre, tardaré mucho en... _insiste la menor hasta que es interrumpida.

- Entonces te sugiero que te vayas cuanto antes _responde el adulto_ Ser llevada y traida en auto es un privilegio del que no gozarás por un tiempo, así que te aconsejo comenzar a acostumbrarte.

- Madre... _suplica acercándose a su progenitora.

Camille dudo, sabía que no era apropiado desautorizar a su esposo frente a sus hijas pero el corazón de madre era más fuerte que nada.

- Querido, permite que yo la lleve... solo por hoy, así conocerá el camino para mañana _propone abrazando a la menor.

- Esa idea no me desagrada, esta bien _acepta el hombre, antes de alejarse.

- Prepara otro auto, se le hará tarde _indica la mujer a uno de los sirvientes.

- Si, señora _responde con obediencia. 

En el camino, la joven iba notablemente enojada.

- No puedo creer que mi padre sea tan cruel _comenta en un pesado suspiro_ Creí que yo era especial para él, madre.

Belleza ImperialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora