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El cenizo de actitud canina abrió sus ojos al sentir su cuerpo más frío de lo normal, frotó sus ojos y se quedó observando a su alrededor extrañado, pensó que podría estar soñando. Así que llevando dos dedos a su rostro dio un fuerte pellizco tratando de comprobar su perceptividad
«Es real». Pensó katsuki, removiendose en su lugar y colocándose de pie.

–¿Dónde estoy?.
A su alrededor no sé podia vislumbrar nada. Un cielo estrellado estaba sobre su cabeza y al frente de él
–¿Una pared blanca?.–Susurro, con curiosidad dio unos pasos hacia adelante y se fijo en el suelo, dos colores, era un patrón. «Como en el ajedrez». Pensó katsuki y al darse cuenta de su alrededor, movió su cabeza con brusquedad hacía arriba, observo la pieza blanca que habia comparado con una pared antés y se dio cuenta que era la forma de un caballo de ajedrez. Comenzó a ponerse inquieto, sus palpitaciones se volvieron irregulares y pudo sentir una extraña sensación en su columna vertebral.
–¿Kacchan?.
–!AHHHH¡.–Gritó con todas sus fuerzas y dispueso a darle un golpe a lo qué sea que estuviera detrás suyo se giro y estiro él brazo, se detuvo al ver el rostro de aquel peliverde qué lo tenía siempre en las nubes

Izuku por su parte, contrajo su cuerpo y se cubrió con ambos brazos, tenía sus ojos con pequeñas lágrimas, Katsuki vio en ellos un profundo anhelo pero no entendía la razon, Izuku por su lado esperando el golpe, al ver que la sensación de dolor nunca llegó separo sus brazos y miró atentamente al cenizo
–¿Nerd?..realmente, ¿Eres tú?
–Claro que soy yo kacchan, ¿Qué haces en mi sueño?
–¿Ah?, de que hablas maldito yo no estoy en tu sueño, no es un sueño.-dijo él, frunciendo el ceño
–¿No lo es?.
–¿Acaso quieres comprobarlo deku?.–dijo, haciendo una seña con sus puños, era una forma de amenaza. Ignorando al pecoso quien por instinto, siguio los pasos del cenizo, caminó, para observar mejor el lugar. Vislumbro las enormes piezas de ajedrez que se hallaban en ese amplio espacio. Katsuki se hallaba pensativo, con el rostro severo, antés de que pudiera llegar a una conclusión, una voz lo saco de su abstracción.
–Kacchan, ¿Qué hacemos aquí, sabes como llegamos?.–dijo Izuku, quien para detener sus pasos lo había tomado de su pijama.
–Si lo supiera ya te lo habría dicho jodido nerd.
–Oh um, tienes razón, es que yo estaba viendo la televisión y luego, todo fue oscuridad.
–Cuéntale tus problemas a alguien que le importe idiota.–dijo katsuki.
Antés de que pudiera seguir hablando el sonido de una trompeta inundó todo el lugar haciendo vibraciones por todo aquel espacio, espantando a ambos, un ardor comenzó a crecer en el brazo de Katsuki, era cómo si le estuvieran clavando mil agujas, «¡Quién!» pensó el muchacho de ojos rojizos, no había nadie a su alrededor, se giro instintivamente y pudo visualizar como Izuku al igual qué el también sentía aquel dolor.
–¡Joder, pura mierda!–subió la manga de su pijama para identificar de donde provenia aquel dolor punzante, pudo ver cómo, con tinta roja tenía tatuado en su brazo una pieza de ajedrez, era un peón.
«Qué coño significa esto» pensó, tocando aquel tatuaje con sus dedos para tratar de apaciguar el ardor, giró su mirada hacia el chico de cabellos verdes.
–Enseñame tu brazo, nerd.
–¿Eh?, oh claro–dijo el pecoso, desatando el botón de la camisa y arremangándose.

Katsuki observó con atención la tinta negra en el brazo de su compañero, era el símbolo de La Reina, Katsuki se sintió aún más confundido, no le encontraba explicación a el cambio tan grande de niveles, aunque aun no sabía la razón del porque siquiera tenian estos tatuajes, no le molestaba que Izuku tuviera un nivel más grande que él de el «¿O sí». Se cuestionó en su interior, tenía la costumbre de siempre ser el líder, de ser el mejor, de ser perfecto, pero Izuku era, bueno, era Izuku.
–No sé que es está mierda.–señaló el brazo del pecoso para que este también observará
–Es una reina.
–¿En serio?–dijo él, con un tono sarcástico y condescendiente, negó con la cabeza y estaba apuntó de darle un golpe en la cabeza a Izuku cuándo alguien habló.

«Jugadores, tomen sus lugares, con sus respectivos colores y símbolos, se les explicarán las reglas, si no cumplen con las indicaciones se les imputará un castigó

Ambos se dieron miradas, no decían nada, pero lo entendían todo, Katsuki no se quedó esperando a qué Izuku dijiera algo, caminó hasta colocarse en su posición. Era un peón, de los muchos que habían ahí, Katsuki pensó que era «Enorme» y qué posiblemente si eso avanzaba, moriría, aplastado.
Al mismo tiempo Izuku, tomó su posición, La reina blanca de el otro extremo del piso que imitaba al tablero, tuvo que correr un poco, no quería retrasar y hacer enojar a Katsuki, al momento de colocarse de pie delante de la enorme figura las trompetas volvieron a sonar.
«Él primer juego es, Ajedrez explosivo. Las reglas son, jugar solamente con su pieza asignada, una vez que eliminen una pieza enemiga, está explotará y el ganador podrá asignar otra pieza para moverse, el ganador tendrá un premio.»

Ninguno se movió, estuvieron quietos, un minuto pasó, dos, hasta que Katsuki sacó su lado más sádico, el no aceptaria una derrota, no sabía bien como funcionaban las mecánicas del juego pero camino hacía adelante siguiendo su color, pudo sentir las vibraciones del piso, la pieza detrás suyo se estaba moviendo, miró de reojo a Izuku, este se veía sereno, pensativo, «debe estar pensando en como derrotarme». Pensó katsuki, se detuvo, no podía avanzar más, espero a qué Izuku hiciera un movimiento, no parecía querer moverse, Katsuki decidió hablarle.
–!Muévete de una vez maldito nerd¡, me haces perder mi tiempo.–dijo katsuki,
Izuku pareció reaccionar y decidió moverse, parecía asustado, Katsuki realmente no podía entenderlo.
La primera pieza estalló, claramente fue el peón de katsuki, la explosión lo asustó, juró por un momento que iba a morir, no fue así, tuvo qué volver hacía atrás y mover a otro peón, Izuku parecía querer ser justo, escogío a otro peón para igualarse, Eso solo enfureció más a katsuki y a su deseo creciente de victoria.

A los minutos, Katsuki derrotó a el peón de Izuku, el deseo de victoria no dejaba de crecer en su interior y sin pensarlo mucho, escogío a El rey, tenía un plan, era agresivo pero si funcionaba sería rápido y efectivo.
Observó con detenimiento a Izuku, sabía o más bien conocía que el chico era demasiado bondadoso y cómo era de esperarse, el pecoso movió nuevamente un peón, está vez en otra dirección, Katsuki intuía qué el otro no sabía jugar ajedrez, aunque cuando eran pequeños solían hacerlo juntos, recordaba aquellos días con añoranza, eran buenos tiempos, buenos amigos y una buena convivencia.
Pero eso era el pasado, siguiendo con su plan ya formulado, decidió caminar hasta llegar a donde quería su jugada era simple, dejaría a Izuku fuera del juego y podría salir de este lugar tan extraño.
A Katsuki lo llenaba eso, el egoísmo, la ignorancia, la culpa, no le importaba, hace mucho tiempo se había aceptado tal y cómo era.
Lo hizo, El mate del loco. Miró a Izuku, sabía que el no entendía, cómo podría, Katsuki se sentía mierda, ser mala persona era un papel que desembocaba muy bien, simplemente agachó la cabeza, estaba esperando a qué todas las piezas explotarán o algo. No pasó, más bien nada pasó, hasta qué sonaron las trompetas.
«Felicidades Bakugo, eres el ganador, tu premio es; El silencio.»
Katsuki inclinó su cabeza confundido, pudo ver en el fondo oscuro una puerta abrise, se movió caminando hacia ella, pero se giró, volvió en si mismo sus pasos y tomó a Izuku de la mano, arrastrándolo.
–¡K..Kacchan!
–Callate nerd, sólo vamonos.
–Pero yo...perdí.-
–¿Y?, no es cómo que te haya pasado algo o ¿Sí?
–Eh..no–dijo el peliverde, agachando su cabeza y siguiendo los pasos de Katsuki.
Al llegar ambos a la puerta, una enorme explosión sonó detrás, Katsuki se giró asustado «Carajo, si Izuku hubiera..», si hubiera, si ÉL hubiera dejado a Izuku, habría sido lo mismo, se cuestionó mordiendo su labio inferior, su cuerpo
»Tenía un escalofrío, un escalofrío qué a tenido desde que llegó a ese oscuro lugar, no tan oscuro luego de tener su encuentro con el chico de peliverde, qué de alguna forma le atraía, ni el mismo entendía, «¿Qué era lo que le veía a Izuku?.», negó con la cabeza, era mejor no pensar en eso, ambos cruzaron hacia aquella luz, Katsuki reflexionó qué quizas se había dejado llevar por la adrenalina, o por otra razón, no lo sabía, era cómo estar siendo controlado, lo descubriría.

Aun tenía que pensar en su premio, ¿El silencio?.

The Gaməs [DKBK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora