The Gaməs [DKBK]

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              Al cruzar por la particular puerta, Katsuki se quedó observando los alrededores, era un hermoso y luminoso jardín, rodeado de diminutas flores y arbustos, en el centro solo había una pañoleta estirada, eventualmente el rostro de Katsuki enfureció, él creia fuertemente que podría salir de ese lugar y de cierta manera escapar. No se percató de que estaba apretando fuertemente la mano de Izuku hasta que este solto un chillido, apartó su mano y comenzó a caminar hasta el centro del jardín, todo a su alrededor se veía tan «falso» las nubes claras del cielo no sé movían, su alredor era lo suficientemente silencioso cómo para ser incómodo.
El joven con mirada rubí decidió que ese era un buen momento para reflexionar, sobre donde estaba, como, por qué con Izuku específicamente y otras dudas que resonaban hace bastante tiempo en su oscuro interior.
Tomó asiento en la pañoleta tirada en el piso y miró las nubes, alguna vez alguien le había dicho que arriba de las nubes siempre brilla el sol, había sido su padre para ser más específico.
No quería pensar en eso hoy, aunque no sabía si el tiempo era relativo, después de todo en aquel lugar no parecía avanzar.
Miró de reojo a Izuku, este parecía estar dando vueltas para investigar mejor aquel lugar, el no lo comprendia, no valia la pena entenderlo, Katsuki pensó en lo qué ocurrió anteriormente, se había dejado llevar por su personalidad, había hecho cosas que hace mucho tiempo odiaba de si mismo, desde pequeño había tenido problemas de irá, no es qué el quisiera, solo que así lo habían criado su madre y su abuela. Es por culpa de su niñez, nadie le enseñó a amar, aveces el creía o bueno estaba casi seguro de que tenia otros valores, nadie se los había inculcado, pero ahí estaban, eran algo propio.

           Antés de que Katsuki pudiera seguir sobrepensando y perderse en la oscuridad, vio el rostro de Izuku ponerse delante suyo.
–Kacchan..–movió su mano dos veces sobre la cara de Katsuki tratando de llamar la atención del contrario
–No puedes quedarte en silencio por diez minutos Deku, trató de pensar.
–Oh, lo siento kacchan, es qué, queria hacerte una pregunta–dijo mientras tomaba asiento a un lado del cenizo y juntaba sus brazos con sus piernas
–Dilo.
–¿Recuerdas lo qué dijiste el otro día?, um..ya sabes en la secundaria
–¿Eh?, yo no dije nada.–dijo Katsuki, girando la cabeza a otro lado, mirando las paredes pintadas de azul
–Ya sabes, eso de la estrella fugaz
–¿Y qué con eso estupido?
–Um..bueno, quería saber a qué te referías ese día, actuabas extraño
–Eso ya es del pasado Izuku, déjalo ir.-dijo girando su cabeza para mirar a el peliverde
–Oh, si claro, aunque..a mi también me hubiera gustado que fueras mi estrella.–dijo Izuku, lo último salío casi en un susurro inentendible, se sonrojo, y los nervios lo invadieron–Eh, eh, bueno kacchan yo te quería decir que encontre el siguiente juego, bueno ya sabes quizás podriamos salir de aquí luego de hacerlo, aunque no hay nada de malo con estar aquí contigo ya sabes–dijo Izuku.

Katsuki ya acostumbrado de su costumbre de comenzar a decir cosas al azar o de murmurar se levantó de la incomoda pañoleta, porque si, el pasto era fálso también y le pinchaba el trasero.
–¿Donde está el juego, nerd?
–Oh, ven kacchan.–Sacando valentía Izuku lo tomó de la mano, llevándolo a una esquina de el cuarto silencioso, donde no había nada simplemente otra pañoleta.
«Maldición -pensó katsuki- me dolerá el culo otra vez y una mierda.»
–Yo no veo nada jodido idiota.
–Eso es por qué no ves los detalles Kacchan, mira de cerca..–dijo Izuku, señalando al centro de la pañoleta de colores azules y blancos
Katsuki acercó la cabeza y achino la mirada, lo vio era un juego de mesa muy diminito casi imperceptible a la vista, katsuki se puso en cuclillas y lo observó detenidamente.
–Es un ¿Jenga?
–Así es Kacchan, aunque es demasiado pequeño, no sé como jugaremos
–¡Y una mierda!, yo no jugaré a eso
–Tenemos qué hacerlo si queremos salir de aquí Kacchan, no puede ser tan difícil, solo tenemos qué ser pacientes
–Guardate los chistes para tus amigos, nerd.–dijo él, cruzando los brazos y tomando asiento nuevamente en la pañoleta, en otra distinta por supuesto.
–Puedo empezar yo si quieres Kacchan
–¿Huh?, pero no nos han dado instrucciones cabeza hueca de mierda, tantos libros y no puedes entender algo tan simple.–Katsuki movió su cabeza en negación, dando a entender que estaba decepcionado de la poca capacidad de pensamiento de su Izuku.
–Bueno..no siempre podemos esperar a qué algo suceda, si todo este tiempo no han dicho nada supongo qué estamos por nuestra cuenta
–Haz lo qué quieres infeliz de mierda.-dijo katsuki, se acostó mirando a las nubes nuevamente
–Es un juego de dos Kacchan..
–Déjame en paz
–Kacchan..Kacchan...vamos Kacchan
–¡Ugh! Bien pero callate ya anormal de quinta.–Katsuki se enderezó y se acercó tomando asiento a un lado de el pecoso, el contrario simplemente le dirigió una sonrisa–si me muero va a ser tu maldita culpa nerd de mierda.
–¡Sí!–asintió Izuku moviendo su mirada al diminuto juego de mesa en el suelo
«Porqué dices qué si tan alegre, idiota» pensó Katsuki, estaba atento a los movimientos del contrario, vio cómo estaba tan concentrado qué hasta sacó un pedazo de lengua en señal de concentración, se veía gracioso.

         Era su turno, estaba tenso, él no tenia manos delicadas ni nada, cuando se ponía nervioso tendía a sudar demasiado, tocó con su dedo meñique una de las piezas hasta qué logro sacarla y dejarla a un lado, estuvieron así un rato, hasta que la torre estuvo lo suficientemente desequilibrada, era su turno nuevamente, logró sacar una pieza de arriba con mucho control, pero la torre se desplomó poco después, Katsuki enfureció y esparció todas las piezas por la pañoleta furioso.
–¡pfft!, Kacchaan no hagas eso.–dijo Izuku soltando un carcajada
Katsuki solo cruzo ambos brazos y hizo una mueca, luego aquellas trompetas tan reconocidas volvieron a sonar.
«Felicidades Izuku midoriya, por tu valentía tu premio es ; Retroceso.»

Katsuki pudo observar cómo su compañero se ponía feliz, él también se sentía feliz por él pero no pudo evitar pensar «¿Por su valentía, acaso yo no fui valiente, estupido juego?».
Luego una puerta volvió a aparecer delante de ellos, tenía la misma forma qué la anterior.
–Oye nerd, por cierto ya sabes, lo siento por todo.–Katsuki no dijo ninguna otra palabra y simplemente la cruzó, sabía que Izuku vendría a por él tarde o temprano.

Sólo era cuestión de esperarlo al otro lado.