Capitulo 2

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Segundo mes.

El segundo mes para Gian habia sido horrible, su sentido del olfato se habia agudizado tanto que no podia salir de la habitación para no sentirse mal. Todo lo que tenia olor le daba dolor de cabeza u vomitos. 

El alfa no se dirigió a él en todo el mes. 

Su pancita ya se notaba más. Y el omega se rehusaba a comer algo más que no fueran mandarinas. 

Sin duda habia sufrido demaciado. Tanto que prefirió no recordar ese mes por completo en el que solo dormia, comia mandarinas y volvia a dormir. 

Estaba siempre de malhumor. Ese mes se despidieron a diez empleadas. Pero todo se fue a la mierda cuando las mandarinas se acabaron. El omega llamó al alfa por telefono y le dijo mil insultos y reprendió por lo descuidado que fue al no darse cuenta que todas las mandarinas se habian acabado. 

Si eso fue una escena aterradora fue peor cuando un empleado llegó de comprar las mandarinas luego de una hora (puesto que no era temporada y en su pais no se producian) y trató de engañar al omega dandole naranjas. 

Pobrecito, el omega se le tiro encima arrancandole los pelos y lo obligó a comerse los cinco kilos de naranjas. Por suerte del empleado habia vuelto Julian. Quien vió como el omega gritaba que vayan y compren más naranjas para que se las coma el empleado mientras le arrojaba las cascaras al empleado ordenandole que se coma las cascaras. 

Iba a meterse hasta que Carolina entró a la casa detras suyo. El omega se dió vuelta escalofriantemente. Caminó aterradoramente, cualquiera lo podria confundir con un maniatico. 

Y sucedió, se le abalanzó a Carolina encima y la molió a golpes. Primero la acercó a él de los pelos y cuando la tuvo de frente le metió un peñetazo en la boca cuando esta dijo -¿Que sucede, hermanito?- ¡¡¡¿HERMANITO?!!! Como se atrevía la descarada si aun recuerda la mirada rebajadora que le dió cuando lo vió en la boda de Julian y él. 

Estaba poseido por la rabia. Primero nadie le dió importancia a sus mandarinas, despues lo intentaban engañar y tomar por tonto dandole narajas y ahora esta zorra. 

Tiró al suelo y se le subió encima pegandole mordidas en los brazos. Carolina le dió una bofetada. No lo podia creer. Le habia pegado en su rostro. En su precioso y delicado rostro. Esa fue la gota que derramó el pequeño vaso, o copito. 

Tomó sus manos dejandole el paso libre a la cara de la beta y le dió cuatro bofetadas y dos piñas. Hasta que su alfa lo tomó por debajo de los brazos levantandolo y separandole de Carolina. 

Le gritó, su alfa le habia gritado. 

Se separó de él y se fue corriendo a su habitación. Cerró la puerta con llave la tapo con los muebles que estaban cerca. 

Lo que quedaba del mes no salió nadie ni nadie entro a ese cuarto. El omega solo se quedó alli por dos días enteros en el yacusi. Sin pensar. Y cuando salió simplemente se acostó, sin dormir. Sin comer nada por la ultima semana que quedaba del mes. 

Empleados iban a cada hora a tocar a su puerta. Incluso los ultimos dos dias la quisieron sacar. Pero el omega les grito que si sacaban la puerta iba a matarlos a los golpes. 

En el transcurso de esa semana la pancita del omega se abultaba más, parecia la pansa de una beta estando de cuatro meses. 

Los lunares en el abdomen le daban una apariencia tierna a su pancita. Y más el tatuaje de un corazon chiquitito a unos centimetros del ombligo. 

Ciertamente su personalidad arrogante no se habia ido. Simplemente es que no habia nadie a quien presumirle y mucho menos algo que presumir, su alfa defendió a otra y le gritó frente a todos. Nueva tarea para cuando salga, despedir a todos. 

...

Se echaba crema en la pancita mientras cantaba una melodia que su madre solia tararear cuando cocinaba y su padre callaba de un beso sorprendiendolo por detras cuando llegaba del trabajo. Despues iba donde él que siempre estaba jugando con una casita de juguete solo. Porque no le gustaba compartir sus juguetes. 

Aveces le gustaria volver allí. Pero despues se acordaba que se encontraba en un momento de su vida donde era feliz. Felizmente casado. Con el amor de su vida. Con ese alfa al que le habia dado su corazoncito. 

Estaba seguro de que aunque el alfa no lo demostrara (ni lo sintiera) lo amaba tanto como lo hacia él. 

Corrió con muchisimo esfuerzo (no recordaba como habia sido capaz de mover esos muebles alli) los muebles frente a su puerta. Y salió, dandole a todos la vista de un omega precioso. Vestido de amarillo. Rápidamente todos los empleados se le acercaron. Una con una bandeja de mandarinas en gajitos. Tomó la bandeja en sus manos y luego fue hacia el patió delantero en busca de Jelly. 

La llevó consigo caminando hasta el centro comercial. Veria ropita de bebé y otros accesorios que comprar. Aunque pensandolo bien tal vez deberia ir con su diseñador personal a que le haga la ropa a su bebé. Su bebé no merecia ropa que seguramente no le iría a la medida y probablemente otros bebés en el mundo estarian usando. Además de la tela. Su bebé merecía la mejor tela. Preguntaría la medida del bebé al medico el ultimo mes.




SINGAMATI.

Omega VanidosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora