Intercambio de un alma

¿Jiujiu?

Jin Ling seguía su recorrido por muelle de loto en busca de su jiujiu, lo busco por casi todas partes solo le faltaba en salón ancestral. Pero no quería entrar allí, algo en el le decía que no lo hiciera pero el deseo de ver a su jiujiu era más grande que ese miedo por lo que abrió la puerta con fuerza. Dentro habían dos personas que pudo reconocer como sus padres, había visto algunos retratos de ambos, eran pocos pero los veía siempre con su jiujiu por lo que aprendió sus rasgos. 

Los veía con asombro y ellos a él con preocupación. 

-a-Ling ¿sucede algo?, estas muy agitado- su madre fue la primera en hablar , levantándose para acercarse a verlo.

-jiujiu– aquello que salió de sus labios fue más un susurro.

-¿Cómo?, no pudimos escucharte bien a-Ling, ¿puedes repetirlo?

-¿Dónde está jiujiu?- esperaba que ellos pudieran darle una respuesta.

-aquí estoy a-Ling- aquella voz fue más chillona y menos sería en contraste con la que esperaba escuchar. - ¿me extrañaste a-Ling?, no te preocupes este jiujiu jugará contigo solo dame un poco de tiempo. 

-tu no eres mi jiujiu. ¿Dónde está mi jiujiu Cheng?. Me prometió que lo volvería a ver, que estaría esperando mi siguiente visita- comenzaba a sentir desesperación al no saber nada de él, incluso penso en seguir recorriendo los pabellones hasta encontrarlo.

Yanli no sabía que le sucedía a Jin Ling, con esta ya van tres veces en la semana que despierta preguntando por su hermano, pero pareciera que olvida que murió y que no lo ha visto realmente ya que los pocos retratos que había de él y de sus padres fueron quemados cuando los Wen invadieron muelle de loto. 

-a-Ling, a-Cheng no puede verte pero puedes acercarte y prenderle incienso- estiró su mano para que su hijo la tomará y lo llevara a su tablilla pero solo pudo observar cómo perdía el color en su tez. 

-¿por qué le prendería incienso?- comenzaba a temer la posible respuesta que  obtendría.

-a-Ling, a-Cheng está ... Él está.. Muerto- Yanli sintió un nudo en su garganta al recordar ese día, en el cual sintió alegría al saber que los Wen habían sido derrotados y podrían vivir en paz. Mas su alegría no duro al ver llegar a Wuxian con los Lan, pero no a su a-cheng, y al recibir la horrible noticia de que Cheng había muerto se desmorono, desmayándose y negándolo hasta el momento en que tuvieron que realizar un funeral, decadente en sus condiciones por la guerra.

-... 

Jin Ling cayó de bruces al suelo. Eso era una estupidez sin ofender a su madre, pero el había estado viviendo con su jiujiu desde que tiene memoria. No puede estar muerto pero al observar a Wuxian y la tablilla frente a él puede distinguir el nombre de su jiujiu. 

Corre hacia él y toma la tablilla, delineando los caracteres en ella, sus ojos se llenan de lágrimas y su pecho se oprime, comienza a llorar y toma entre sus brazos la tablilla acercándola a su pecho -jiujiu, me prometiste que siempre estaríamos juntos- sus ojos siguen derramando lágrimas al recordar a su jiujiu, sin darse cuenta que unos brazos lo rodean y los presentes sueltan sollozos, al recordar a Cheng. Ellos también habían prometido estar siempre juntos, serían ellos tres contra el mundo, pero ahora les faltaba su pequeño hermano, un pedazo de su corazón.

Jin Ling siguió llamando a su jiujiu mientras seguía entre los brazos de sus padres y su tío Wei.
Cuando Jin Ling ya no tuvo más lágrimas, se limpió el rastro que estas habían dejado en sus mejillas.

 - ya estoy mejor– se levantó y colocó la tablilla de nuevo en su lugar, prendió unas varitas de incienso y se quedó observándola hasta que el incienso se consumió.