Lan Xichen

272 29 8
                                    

Lán Xichen visitaba constantemente el muelle de loto, ya que allí se encontraba la tablilla y restos de su loto. Aún recuerda la vez en que lo vio siendo apuñalado por Wen Ruohan, y se culpa por no poder evitarlo, y por no haber logrado salvarlo. Pensó en recluirse, pero todo se encontraba en un completo caos y el necesitaba cuidar de su secta y discípulos, por lo que solo paso a ser un pensamiento mas en su ocupada mente.

En un principio se había negado el ir a muelle de loto, creyendo que no sería bien recibido por sus habitantes y sobre todo por los hermanos de su loto. Fue en una ocasión que la señorita Jiang le extendió la invitación, "a-cheng se sentirá muy feliz con su visita, líder Lan".  En cuanto entró al salón ancestral y divisó su tablilla se desmoronó, llorando y pidiendo perdón por ser incapaz de salvarlo. Lloro hasta sentir que sus ojos ardían por la falta de lágrimas, y su garganta no estaba mejor al gritar por su amado.

Esa noche se quedó en una habitación para invitados y soñó con su wanyin, ambos estaban felices viviendo alejados de todos, siendo ellos y su pequeño juntos.

-Xichen te mandare compañía, debes cuidarlo por los dos- fue lo que su Wanyin había dicho.

-Wanyin, ¿Qué quieres decir?, estoy feliz contigo, no veo porque necesito a alguien más-se negaría sin importar que fuera él quién se lo pida, es algo que no puede ni quiere hacer.

-a-huan, no quiero que estés solo. Se que lo harás excelente. Lo conocerás pronto, te amo a-huan.

Despertó sintiendo un malestar en su pecho al darse cuenta que solo era un sueño.

-a-Cheng, solo te necesito a ti, no quiero a nadie más conmigo- ya no pudo dormir por más que lo intento, se coloco su túnica exterior y salió para admirar el bello paisaje que Yunmeng ofrecía.

En su viaje de regreso a Gusu, encontró un pueblo cerca que parecía haber sido destruido. Y sin pensarlo se adentró, se sorprendió cuando sintió que algo de había impacto contra él con poca fuerza, agachó su cabeza y vio un pequeño niño aferrado a sus túnicas.

-ge, ¿tú eres quien ha venido a cuidarme?, ¿eres a quien envío el gege de morado?.

Al escuchar lo que decía el pequeño recordó que en su sueño Cheng le había dicho que le mandaría a alguien, no esperaba que fuera un niño.

-si soy yo. ¿Cómo te llamas?- sintió por un momento un sentimiento cálido instalarse en su pecho al saber que su loto no lo había dejado, y que solo había esperado su visita para darle un motivo por el cual seguir.

-Me llamo Jingyi- el pequeño se veía un poco descuidado pero aun así mostro una gran sonrisa.

-Yo soy Lan Xichen– extendió su mano y Jingyi la tomo– vayamos a Gusu, Jingyi, allí estarás a salvo.

Siguió concurriendo muelle de loto solo o en compañía de Wangji para ayudar a purificar la energía resentida del joven Wei. Seguía soñando con su loto pero ya no eran las pesadillas donde lo veía morir, ahora se veían felices con Jingyi con ellos.

-a-huan, debo irme. Ya ni puedo seguir haciendo esto. Necesitas dejarme ir para ser feliz, debes soltar el pasado y seguir. Siempre te amaré y esperaré para reencarnar juntos, y más te vale que pase mucho tiempo para ello o te romperé las piernas.

-a-cheng, no te vayas. Te necesito- se aferro a él con un abrazo, pidiéndole quedarse.

-a-huan, no me necesitas y no te dejaré, siempre estaré contigo. Solo quisiera que en un futuro ayudes a jin ling, necesitará ayuda y apoyo para ser líder de secta. Te amo mi a-huan. Te esperaré- se soltó un poco del agarre del Lan y le dio un tierno beso en la comisura de sus labios.

Lan Xichen siguió viviendo y cumplió los pedidos de su loto cuidando de jingyi quien sería su hijo, tomaría su apellido y en un futuro su puesto de líder, también ayudó no solo a su sobrino sino también a sus hermanos con la reconstrucción de Yunmeng.

Su vida siempre fue muy tranquila hasta dejar su posición de líder decidiendo viajar por el mundo hasta el día en que su corazón dejara de latir. Y cuando ese día llegó se sintió nostálgico y a la vez feliz de poder reunirse con su amado.

-a-Cheng, te extrañe tanto– se lanzó a él provocando que ambos cayeran.

-a-huan, yo también te extrañe-se mantuvieron en el abrazo por un extenso tiempo, y se pusieron de pie secando sus lágrimas de felicidad acabando por fin con el anhelo que había en sus corazones.

-vayamos, sigamos amándonos en esta nueva oportunidad- sus manos se entrelazaron decididos a ir juntos.

-y en las siguientes, mi a-Cheng.

Ese marco el fin de un camino donde fueron separados antes de iniciar con su vida juntos, pero marcaba el inicio de uno nuevo donde esperaban disfrutar de su compañía y ser felices.

Intercambio de un almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora