C I N C O

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Por fin amanecía, eran las 6:00 am aproximadamente, Alana fue una vez más la primera en despertar, y al mirar la ventana lo primero que pudó apreciar fue el alba de las preciosas sabanas casanareñas, así fuere dentro del bus ahí estaba el fresco l...

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Por fin amanecía, eran las 6:00 am aproximadamente, Alana fue una vez más la primera en despertar, y al mirar la ventana lo primero que pudó apreciar fue el alba de las preciosas sabanas casanareñas, así fuere dentro del bus ahí estaba el fresco lucero de la mañana que le prestaría su claridad a ella para alumbrarle los pasos en el viaje de la superación, ya estaba emocionada por salir y saborear el dulce viento llanero, el fresco clima y apreciar su majestuosidad e inmensidad que van desde un rincón oriental, en Venezuela por el estado Monagas, hasta nuestro impetuoso Meta en las tierras Colombianas, separadas solamente por las Riberas del Arauca vibrador, todos estos paisajes le recordaban a Alana canciones llaneras como "ay Si si" del casanareño Luis Ariel Rey, o especialmente "Alma llanera" del Venezolano Simón Díaz, estos pensamientos le generaban un sentimiento de serenidad a la chica, qué tal cómo lo menciona esta última canción, la hacía sentir hermana de la espuma, de las garzas, de las rosas y del sol.

Su mamá y su tía también habían despertado y se pusó a conversar con ellas, luego al rato todo el mundo despertó, y ellas una vez más tenían que tener precaución con sus queridos pasajeros vecinos.

Más adelante a las 7:40 Alana miraba algo en su celular y entonces pues decidió mirar a la ventana otra vez y a través de la ventana veía su destino, después de pasar una autopista que tenía un cartel diciendo: "bienvenido a Orocué" es oficial, ya habían llegado.

Al llegar al terminal todos se bajaron y las últimas fueron las Villaluna una vez más por precaución, ellas bajaron y entonces mientras que a Rosalba y Aldana les brillaban los ojos de la nostalgia a Alana se le formaban ojos de entusiasmo, a primera vista era tal como ella lo había imaginado, un fresco clima tropical de sabana que la hacían sentir bien y un dulce aroma del viento en la que se podía sentir la naturaleza y el río y entraba en sus fosas nasales refrescando sus pulmones.

Salieron de la terminal y observaron el pueblo, lleno de naturaleza y muchos negocios ambulantes, no había cambiado nada en muchos años, miraron a sus alrededores y al fondo estaban la familia Córdoba esperando enfrente de la carretera unos taxis, cuando por fin llegaron todos se montaron y se fueron rumbo oeste, Rosalba ya sabía que al oeste del pueblo quedaba la casa vacacional de esa familia pero no le puso cuidado, ellas tambien llamaron a un taxi por medio de una aplicación y al dar las direcciones aquel auto las llevó hasta allá y se fue, enfrente de ellas se encontraba una linda casa pintoresca y rústica de 3 pisos, la que se supone que es la casa de sus abuelos, la rubia fue la que hizo el honor de tocar aquella puerta metálica, y entonces cuando abrieron se pudo ver el rostro de dos señores de avanzada edad, cuando esos dos señores vieron a sus dos hijas se quedaron sorprendidos y a la vez emocionados, tanta fue aquella impresión entonces corrieron abrazarlas y a saludarlas con cariño, Alana se quedó observando a todos hasta que ellos voltearon a verla a ella.

Inverno In Crescita ©✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora