Hanagaki Takemichi, alguien que era fanboy de los populares de su escuela, tanto que incluso parecía obsesión, cada mañana, los saludaba, se apegaba a ellos. Hasta que surgió un problema que causó su fin. Recibió un disparo en el entrecejo, y murió...
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El rubio se despierta sintiéndose pesado, sus músculos protestaban con cada movimiento esforzado que hacía, una capa de sudor revuelve todo su cuerpo haciendo que el tacto de la sábana se vuelva incómodo.
Al tratar de incoporarse levantándose en un sentón, una oleada de calor lo rodea, con cansancio coloca su mano sobre su frente, confirmando que tenía lo que temía.
Nota que su habitación está más oscura de lo normal, su vista está borrosa por el mareo que la fiebre le está provocando, la idea de levantarse parece imposible, mientras su cuerpo pelea con la enfermedad para que no se apodere completamente del chico.
Sábado por la mañana, después de tener un largo día inspeccionando los clubs, de regreso a casa una fuerte lluvia lo agarró en el camino, se imagina que por mojarse excesivamente y entrar de una vez en aire acondicionado, empeoró su situación.
También el estrés de estos últimos días, lo traía sobre una cuerda; no había dormido muy bien esta semana, y su pasado algunas noches le brindan pesadillas.
Los hermano kawata aveces buscaban entablar conversaciones con él en los recesos, notaba miradas raras de muchos pandilleros, y las chicas están frecuentando ir de shopping. Causando que tenga que cargar muchas bolsas de diferentes marcas.
Su cabeza palpita al darse la vuelta, llegando un escalofrío a su médula al tocar el frío suelo, los dedos de sus pies se retuercen al tener un cambio repentino de temperatura.
Takemichi se estaba mentalizando para poder levantarse, sus dedos arrugaban la manta, y en su rostro se podía ver una mueca.
1, 2... ¡3!
Contó mentalmente para pararse rápidamente, arrepintiéndose al instante por sentir un fuerte mareo al hacer fuerza. Se hubiera caído, si no se apoyaba en la pared de su cuarto.
Se sentí debilitado, pero aún así sacó fuerzas para caminar y bajar las escaleras de su casa; fue un proceso lento, pero valió el esfuerzo.
Al ser una persona mayormente solitaria, Hanagaki no tenía quien lo apoyara cuando estaba enfermo, triste... en momentos malos por así decirlo.
Intenta recordar que responsabilidades le esperan el día de hoy, pero su mente parece envuelta en una nube espesa, cada recuerdo va y vienen como si estuvieran flotando en una neblina. Se siente desconectado del mundo exterior, atrapado en la alta temperatura de su cuerpo.
Cierra los ojos por un momento, buscando consuelo en el silencio de la casa, siendo interrumpido por el tintineo de la cuchara chocando con la taza, se estaba haciendo un té que pudiera ayudar con el dolor de cabeza, y bajar la temperatura de su cuerpo.
