The Maze Runner - MINHO -

Capítulo 13

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- Annie, ¿qué fue lo que hiciste? Ellos ya se dieron cuenta. Te mandarán con todos ellos, ¿estás loca?

- Ya no podía Thomas, ya no podía seguir viéndolos así, debí haberme dado cuenta de todo desde un inicio, a los tres nos engañaron, ellos solo quieren la destrucción de todo.

- Annie no podemos cambiar lo que hicimos.

- No - niego - Pero podemos no volver a ser esas personas. Y así ellos me odien cuando lo sepan, los ayudaré a salir. Somos los mejores, ¿acaso lo olvidaste? A nosotros nos podrán borrar la memoria 100 veces y las 100 veces se las regresaremos.

Thomas asiente con lágrimas en los ojos pero con coraje. El castaño me abraza y deposita un beso en mi frente - Cuídalos por mi. Y recuerda, Annie. Tú sabes el laberinto, yo cree el B, pero tú, todo CRUEL sabe que el A es el mejor.

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Despierto agitada, no quería abrir mis ojos, no quería escuchar ni siquiera los pájaros que hacían ruido.

En mi mente se repetía todo aquello, Thomas, sea donde estés, aparece de una vez.

No quería levantarme, no quería ver a los ojos a ninguno del claro, específicamente a Minho, ¿que más pruebas debo tener ahora?

Entro a la cocina, había un silencio sepulcral, todos aún estaban dormidos, las puertas aún seguían cerradas y los corredores deben ser los únicos cambiándose ahorita.

Me propongo a hacer los sándwiches de todos, incluyendo a Alby, Newt y Bobby ahora quienes desayunan conmigo apenas dejan en la puerta a los corredores.

Minho es el primero en aparecer y Bobby le sigue detrás, ambos se veían muy agitados.

- Te gané, me debes un día a solas con Annie - el niño le pega en sus partes íntimas y se va, no sin antes jalarme para poder darme un besito en la mejilla e irse a mi choza.

- Ese niño ocupa modales, sigo diciendo que mandarlo con los penitentes no sería algo malo.

- Nadie lo mandará con ellos, Minho. Deja de ser un celoso - Newt menciona entrando con una sonrisilla - característica de él -

- Buenos días, Annie - mencionan Newt y Alby antes de agarrar sus sándwiches e irse a las mesas.

Me dejaron a solas con Minho, en estos momentos deseaba que alguien nos interrumpiera, puesto que él se estaba acercando para darme un beso en la mejilla.

Alcancé a quitarme y justo Ben llegó, aún así, Minho pudo notar mi comportamiento - ¿Qué pasó? ¿Estás bien, linda?

Cierro los ojos, agachó la cabeza y asiento para luego seguir preparando todo, pero él no se iba, ninguno de los dos. Y yo se que ambos sabían que me pasaba algo, pero es enserio, ¿cómo les diría aquello?

- Minho, quiero ser corredora - el asiático cambia su cara y se marcha sin decirme nada - ¿Te volverás a poner así? ¿En serio? Madura un poco, Minho.

Se voltea molesto - ¿Yo soy el que debe madurar? ¿De verdad? Yo no soy quien se oculta detrás de su faceta - no me hablen - cuando no sabe ni lo que tiene en su propia cabeza.

- Yo no soy la que está siendo un completo imbecil en estos momentos.

- Adelante, llámame como quieras, pero no entrarás al laberinto, es demasiado peligroso.

- ¿Crees que no sería capaz? ¿Es eso? Te lo puedo demostrar, dame una semana de prueba, déjame enseñarte que si puedo. Ben, ayúdame.

- ¿No lo entiendes? No quiero que te pase nada, si algo te pasa en ese laberinto, bajo mi mandato, bajo mi estadía ahí, jamás me lo perdonaría.