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Se esmeró en cubrir las marcas en su cuello con maquillaje, procurando que no fueran evidentes. Se vistió con una camisa de cuello de tortuga y unos pantalones negros, tratando de lucir impecable y disimular cualquier indicio de las marcas en su piel. Antes de salir, echó un vistazo a las pastillas en su cama y se tomó una.
Al llegar al lugar, se detuvo frente al imponente edificio y respiró hondo antes de entrar, soltando un suspiro para calmar sus nervios.
❝Puedes hacerlo, Amy.❞— Pensó.
Caminó por los pulcros pasillos, tratando de mantener la compostura, y tomó el ascensor hasta el puesto de recepción. Allí, le indicaron gentilmente dónde encontrar a su novio, y se encaminó hacia la dirección señalada.
❝Esos.. son..❞— se quedó paralizada al divisar a lo lejos a dos conocidos. A pesar de sus intentos por mantener la calma, su corazón parecía galopar en su pecho mientras la incertidumbre se apoderaba de sus pensamientos.
❝¿Wave y Jet? ¿Qué hacen aquí?❞— Los miró incrédula. Ambos parecían estar en medio de una pequeña discusión, no quiso seguir avanzando, lo último que quería era que la vieran.
Estaba a punto de tomar otro camino, cuando vio como la pelimorada se giraba y empezaba a caminar en su dirección, esta al verla se sorprendió un poco pero luego su entrecejo se fue frunciendo aún más de lo que ya estaba. No solo eso, Jet también la estaba viendo a lo lejos.
— Miren quién tenemos aquí.. es la don nadie.— Pronunció mientras se acercaba a ella, sonriendo un poco.
— No tengo tiempo para esto, Wave.— Intentó avanzar pero la contraría se interpuso en su camino.
— Ahg, no me digas.. ¿sigues con Shady? ¿Por eso estás aquí?— Preguntó en un tono seco.
— Eso no es problema tuyo.— Murmuró molesta.
— No entiendo como sigue a tu lado..—La barrió con la mirada.— solo esta haciendo que su buena reputación se vaya al piso por un capricho de mal gusto.— Amy rodó los ojos, tratando de evitar su mirada.
— Di lo que quieras, no me interesa.— Empezó a caminar, dejándola atrás.
— Con todo lo que paso no me sorprendería que estuvieras con él solo por su dinero..—Soltó, intentando provocarla. La eriza frenó en seco.
— Wave, ya basta.— Su esposo se acercó corriendo a ella, tratando de guiarla a la salida.— Deberías irte ya, vas a hacer una escena.
— ¿Por qué? Solo digo la verdad, es obvio que es una interesada.— Escupió.
— Ten por seguro que no soy como tú.—se giró a verla, molesta.
— ¿Cómo yo? —Rió un poco— te equivocas, el dinero me sobra, no necesito que mi novio me mantenga.
