La muerte...
Es lo que todos pensamos en algún momento de nuestra vida...
¿Cómo será?¿Dolerá?¿Que habrá más allá?
Todos tenemos una idea diferente de cómo moriremos o a donde iremos...
Pero... Hay unos seres... Que no le tiene miedo.
Por la calles desiertas de Rumanía, se hallaba una de las brujas más poderosas de la época. Marie Laveau.
Ahí estaba, con su túnica beige, ya desgastada por la larga ruta que llevaba desde hace dos días sin descanso.
Se dirigía hacia el escondite de su aquelarre. El "Aquelarre Del Emperador".
Según le habían dicho, querían probar un nuevo hechizo demoníaco, en el cuál, debían usar a un humano.
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Al llegar, lo primero que vió, fue a un chico, alto, pelo negro como el carbón, ojos azules que mareaban tan solo verlos, labios rosados y finos. Era perfecto. Estaba completamente desnudo, y tenía la mirada perdida. Estaba atado con cadenas a una cama de madera.
-¿Donde estoy?- preguntó con la voz ronca y asustada, intentando zafarse del agarre de las cadenas - ¿Quienes son?-preguntó esta vez al borde de las lágrimas.
Una de las brujas más antiguas, recitó un hechizo para que el chico callara.
-Cu ceea ce am în putere, te fac să tac- dijo la bruja mirandole fijamente.
Rápidamente el chico calló
Marie, observaba en silencio.
La bruja que hizo que el chico callara hizo un movimiento extraño con la cabeza indicando que ya empezarían.
Marie, empezó a recitar el hechizo. Las brujas formaron un círculo alrededor del chico y se colocaron la capucha de sus túnicas negras. Extendieron sus brazos hacia el chico y cerraron los ojos para concentrarse mas.
Astăzi suntem adunați sub forța puterii noastre. Aici zace un simplu muritor, dar... nu va mai fi. Cu puterea mea, și a celor adunați aici, te iau, Ashmodeu, ca să intri în trupul acestui băiat, dându-i puterea nemuririi. Și astfel creați o lume nouă.
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Cuando Marie terminó de recitar el hechizo, todas las brujas empezaron a repetirlo.
El lugar empezó a temblar, caía polvo desde el techo. Cuando terminaron de recitar el hechizo, dejo de temblar.
Todas estaban impacientes por lo que iba a pasar. Lo siguiente que vieron fue a las brujas volar por los aires.
