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Sigue Narrando la protagonista:
Newt me llevó con Alby. Cuando llegamos a donde él estaba, Newt me extendió un cuchillo a Alby y él lo cogió. Y con una seña de manos de Alby que me indicó que le siguiera dejamos solo a Newt.
- ¿Un cuchillo? - Dije mirando a Alby -
Alby no me respondió. Seguimos caminando hasta que llegamos a una pared. Esta pared tenía los nombres de diferentes personas grabadas. Visualicé el nombre de Newt y Alby
- Pon tu nombre en esta pared con el cuchillo - Dijo Alby extendiéndome el cuchillo -
Cogí el cuchillo intentando tener el menos contacto físico posible. Odiaba el contacto físico
Me di cuenta de que había nombres tachados. Alby se dió cuenta de que miraba los nombres tachados y habló
- Ellos murieron entrando al laberinto, es por eso que su nombre está tachado - Dijo seriamente -
Cerré los ojos compadiendome con ellos y sentí algo en el corazón. Algo extraño. Abrí los ojos con sorpresa por lo que sentí y apoyé mi mano en la pared, dudando de lo que sentía
"¿Porqué he sentido como un...déjà vu?" Pensé confundida. Noté como Alby me miró con confusión pero no dijo nada al respecto. "¿Porqué tengo un déjà vu por la muerte de alguien?"
- Todos en el momento que llegamos aquí tenemos que firmar la pared - Dijo acercándose a mí - Ahora, firma tú -
Aparté la mano de la pared y busqué un hueco para firmar. Al final decidí firmar mi nombre encima del de Newt
"Jenn"
- Bonito nombre - Dijo sonriéndome - Tranquila, no te llamaré así si aún no quier-
- No me importa ya. Llámame así - Dije sacando el cuchillo de la pared y se lo extendí - Jenn -
Él me sonrió y agarró el cuchillo
- Encantado Jenn, soy Alby, el primer en el cargo del Claro. Cualquier cosa me dices a mí o a Newt -
- Bien hecho. Por cierto, ven, tengo algo que darte que estaba en la caja cuando viniste - Dijo girándose y empezamos a caminar -
"¿Algo mío?" Pensé
Caminamos en silencio hasta llegar a su cabaña. Me miró de reojo y me hizo una seña de que entrase con él
- Entra conmigo - Dijo con una sonrisa y se volvió a girar -
Los dos entramos a la cabaña y él se metió en otra habitación. Puse mi mano acariciando mi brazo, algo incómoda. No me gustaba el estar aquí, era extraño. Alby me cae medianamente bien, pero no tanto para entrar a donde él vive. Esto me hacía desconfiar.
