Un terrible error.

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Capitulo 1:

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Recuerdo como empezó todo. El principio crei estar equivocado, pero las cosas tomaron un rumbo muy diferente.

No le dije a nadie nunca lo que pasó. Tal vez si lo hice. Pero nadie lo sintió como yo.

No sé si odiarte por eso.

O amarte más.

Por ese terrible error.

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Las luces brillantes de las calles de Japón alumbraban con intensidad las calles, los autos pasaban con una gran rapidez por las avenidas y la luna era hermosa posando en su punto más alto en todo el lugar.

Un albino con cabellos desordenados caminaba entre las calles, su mente estaba perdida en alguna parte, cuando entro con rapidez a uno de los callejones más pequeños de la cuadra. Las luces estaban dañadas y titilaban con insistencia alumbrado sus pasos desde atrás.

No parecía haber nadie.

Sus pasos fueron lentos y con cuidado. El olor del cigarro inundó su nariz. Su piel se puso fría al reconocer cierta melena azabache del hombre de coleta. El cigarrillo humeante se volteó junto su mirada fría y calculadora.

—¿Geto?

La voz del albino salió casi acusatoria. El azabache no parecía para nada interesado en la situación, su cuerpo se levantó de la silla y comenzó a caminar a paso lento hacia el albino.

El chico dio un paso hacia atrás con desconfianza. Se cruzó de brazos para evitar la mirada pesada del azabache frente suyo.

—¿Por que me has llamado aquí, brujo?

—¿Por que has mandado a joder a mis hermanas?

El cuerpo del albino de tensó, casi como si le hubiesen descubierto un asesinato, trato de recuperar la compostura vagamente.

—Eso no te importa, brujo.

—Me importa más de lo que crees. Maldito creído de segundo.

Satoru levantó la mano pero antes de notarlo el adolescente ya lo tenía estrechado contra la pared. Soltó una exclamación lastimera mientras procesaba lo rápido que había sido.

—Te lo preguntaré una última vez.—Apago el cigarro en la pared. Al lado de su cabeza.—¿Por que has mandado a joder a mis hermanas?

Satoru murmuro algo contra la pared. Su brazo estaba doblado mientras el cuerpo ajeno se pegaba al suyo creando una presión perfecta para mantenerlo en su lugar.

—Deben ser igual que tú...solo fue una broma...no fue para tanto...

—Para mi, si fue para tanto.—Sus labios se pegaron a su oreja.—Escuchame bien, Señor de los Gojo, para mi, no eres algo más que un ser despreciable. Más sin embargo, existe algo en ti que necesito probar.

Sus ojos azules buscaron con insistencia y una mueca de confusión y molestía al azabache, este puso dos dedos en su frente llamando su atención.

Feelings. [Sugusato]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora