Día uno.

33 4 1
                                    

Bienvenido al Claro.

Bienvenido al Claro.

Bienvenido al Claro.

Una ligera molestia empezaba a presenciarse en su cabeza mientras se repetían una y otra vez esas palabras.
Diferentes personas, diferentes voces, ecos en su cabeza. Oscuridad, incertidumbre, miedo.

Bienvenido al Claro.

¿Qué?

Su cuerpo empezó a elevarse con rapidez y fuerza. Tardó en darse cuenta de que lo que ascendía era un elevador, no su propio cuerpo.
No recordaba haberse metido ahí, ¿A dónde carajo estaba yendo?

Era como la sensación de ir drogado. ¿Qué mierda hacía ahí?
Se incorporó lo que su débil cuerpo le permitió en ese momento. Lo único que pudo ver fue una pequeña luz demasiado lejos de su alcance, el lugar era jodidamente claustrofóbico.
Sus prendas estaban hechas un asco, ¿Qué le había pasado? Cada vez estaba más nervioso, mucho más tenso. Su cabeza generaba mil preguntas por minuto y en ninguna de ellas encontraba una respuesta. Llegó a una más coherente.
¿Quién soy?

Pasaron segundos y su desesperación se hizo más fuerte. Trataba de calmarse pensado que cuando llegase arriba encontraría alguna respuesta, pero cada maldito segundo se hacía eterno ahí dentro.
Se sentó en una esquina entre aquellas cuatro "paredes" que subían y subían, recogió sus piernas con sus brazos y apoyó en ellos su cabeza, tratando de no volverse loco.

Por favor, que alguien me explique qué está pasando.

Algunos largos minutos después, el elevador frenó.
Escuchó voces a pocos metros de él, muchas voces juntas que parecían tranquilas, sin temblores ni temor.

Abrieron el ascensor. Había luz, pero no veía nada.
Acostumbró sus ojos a la plena luz del día, y cuando ya no le dolieron, los abrió al completo.
Mínimo, cincuenta chicos alrededor suya. Ciertamente, lo perturbó un poco, aunque recuperó poco a poco la respiración al ver que no estaba solo.

Uno de ellos se acercó a él, estrechándole la mano para ayudarle a levantarse y salir de la mierda en la que estuviera metido. Nunca había visto esa cara. No lo conocía, o al menos no se acordaba.

— Día uno, verducho. — Soltó el chaval que lo ayudaba a levantarse. ¿Día uno? ¿Para qué, o de qué?
Y una frase con la que ya tenía cierta familiaridad, pero no conocía el por qué:

— Bienvenido al Claro.
Antes de que pudiese procesar algo, nada más salir de aquel agujero negro vio un paisaje verde, lleno de hierba, plantas, árboles. Sólo eso. Verde, verde y más verde.

Vale.

¿Qué cojones era eso? peor aún, ¿Qué hacía ahí?, espera, aún peor, ¿Cómo mierda se volvía ahora?
Siguió escuchando voces a su alrededor, probablemente hablando de él, pero eso fue lo último que le importaría en ese momento.
Estaba sudando y temblando, también aturdido. Definitivamente no tenía ni idea de qué era aquello, pero no tenía un buen presentimiento. Quería salir corriendo y huir de ahí, pero sus piernas no les respondieron de esa forma. Más bien, entró en un estado de Shock. Llevaba lo que le habían parecido horas haciéndose tanta cantidad de preguntas, que su mente se quedó en blanco, paralizada, al borde del colapso.

— No tienes muy buena cara, eh, novato. — Comenzó a hablar una nueva voz. Salió de su trance a duras penas con la esperanza de entender algo, recordar algo, ver algo que le resultase conocido. — No te preocupes ahora mismo. Ven, me encargaré de ti los primeros días. Te enseñaré este sitio. Con calma, poco a poco lo irás pillando todo.

Consiguió decir sus primeras palabras después de quién sabe cuanto lleve ahí. Al menos, oír su propia voz lo hizo sentir vivo y humano.

— No... no entiendo nada, ¿por qué no entiendo nada? ¿qué estoy haciendo aquí?, ¿cómo he llegado aquí?, ¿cómo...

— ¡Ves!, — Lo interrumpió (por su propio bien) — Por eso he dicho "Com calma". No te comas más el coco por ahora. Escucha, calla, y pregunta. En ese mismo
orden, ¿De acuerdo, novato? Sabemos que no es fácil, nos pasó lo mismo a todos los que estamos aquí. Pero todo a su tiempo, primero descansar, después todas las
movidas que quieras. Ahora, ven —Lo cogió de los hombros para guiarlo.

No trató de responder, simplemente lo siguió, de todas
formas, no sabía ni donde estaba. Al menos ese chico parecía saber algo.

Mientras lo seguía, echó en vistazo a su alrededor. Vio que algunas personas estaban trabajando, unas con madera, otras con las plantas y los huertos... ¿Qué clase de lugar era ese? Intentaba ocultarlo, pero estaba bastante aterrado. Sobre todo, porque además de no identificar el lugar o cómo estaba allí, no sabía quien era él mismo. Se preguntó cómo era eso posible, pero la misma voz lo volvió a sacar de sus pensamientos.

— Esta anocheciendo y te conviene descansar. Mañana será un día largo y agotador para ti. — Abrió una puerta de madera detrás suya. — Este será tu espacio, aquí puedes dormir y dos puertas más a la izquierda está el baño. — Dijo señalando el lugar que indicaba.

Viendo que no reaccionaba, el chico trató de tranquilizarlo.
— Oye, sé que esto es demasiado brusco de repente, ¿sabes? Sé que no entiendes nada, ni de ti mismo, ni de nada de tu pasado. Poco a poco podrás recordar tu nombre, tal vez en un par de días. Esto se me da fatal, pero en mi defensa, nuestro líder está algo... ocupado, ahora mismo y me he quedado a cargo de todo esto... Lo que quería decir, es que nos encargaremos de que esto sea más llevadero y no te explote la cabeza, pero solucionar tus dudas ahora mismo no serviría de nada, créeme. Mañana intentaremos explicarte poco a poco cómo funciona todo esto, ¿de acuerdo?, hasta que llegue mañana, sería bueno que descansases. Puedes dormir y confiar en que aquí dentro vas a estar bien, confundido, pero bien. — Sonrió, y justo se iba a dar media vuelta cuando se acordó. — Duermo una puerta a la derecha de aquí. Si no puedes dormir o tu cabeza no para de dar vueltas, puedes tocar. Sé que es desconcertante y piensas que estás desquiciado... así que, eso es, cuenta conmigo. — Se iba a volver a ir, cuando cayó en que se le olvidaba otra cosa:

— Por cierto, soy Newt.

Sin pensar en nada de aquello, se recostó en su colchón boca arriba, sin saber qué hora era. Aún entraba luz, quizás fuesen las siete u ocho de la tarde. Decidió seguir el consejo que le habían dado, ahora mismo no serviría de nada enloquecerse con preguntas anticipadas. Algo le decía que él iba a ser importante, y no le gustaba para nada.

Se quedó un rato más despierto, mientras intentaba evadir las preguntas que su cerebro hacía por instinto.

Sus ojos comenzaron a cerrarse poco a poco, acumulando el sueño, que no sabía de dónde había salido. Lo último que pensó llegó a reconfortarle una pizca.

Newt, ¿eh?. Sí, seguía teniendo miedo. Pero ya no tan solo.

*****

Este fue un capítulo de presentación, por eso es un poquito corto. 🥸
Esperen por más, merecerá la pena les juro... 🤭

Buen día. 💚 • VRZ

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 12 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝙍𝙪𝙣 𝘽𝙤𝙮, 𝙍𝙪𝙣. {Maze Runner} 1. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora